Hablemos de Santa Lucía, hogueras en la noche del 12 al 13 de Diciembre; cuentan que para Santa Lucía ya se acortan las noches y se alargan los días.
Aquí se muestra un pequeño compendio recogido de diversas fuentes en cuanto a su vida y muerte.
Santa Lucía murió virgen y mártir en Siracusa, Sicilia (Italia) en el año 304. Fueron varios los momentos determinantes de su vida y muerte: la visita a la
Tumba de Santa Agata en Catania, donde gracias a la curación milagrosa de una afección hemorrágica de su madre, ésta le otorga consentimiento de renuncia a
Un matrimonio no deseado con un pagano que como venganza la denuncia, siendo entonces perseguida y enjuiciada por su consagración a Dios y practicar la fe
Cristiana, y condenada a la humillación en presencia del cónsul Pascasio, donde destaca el episodio de su milagrosa inmovilidad en la que unos bueyes no
Tuvieron fuerza para arrastrarla en su traslado a un prostíbulo; así pues, se recogieron maderas y ramas para quemarla en la hoguera e igualmente salió
Milagrosamente indemne por intervención Divina; pero finalmente y tras lo acontecido, su muerte le llegó por decapitación con una espada, donde
Posteriormente le fueron enucleados sus ojos.
Su martirio fue el 13 de diciembre, y la enterraron en las catacumbas de Siracusa; desde allí sus reliquias se distribuyeron a distintas iglesias del mundo.
Actualmente sus restos se veneran en su Iglesia de Venecia a la que acuden cada año miles de peregrinos.
Se suele pintar a Santa Lucía llevando un plato con sus ojos, y es abogada de la vista.
Aquí se muestra un pequeño compendio recogido de diversas fuentes en cuanto a su vida y muerte.
Santa Lucía murió virgen y mártir en Siracusa, Sicilia (Italia) en el año 304. Fueron varios los momentos determinantes de su vida y muerte: la visita a la
Tumba de Santa Agata en Catania, donde gracias a la curación milagrosa de una afección hemorrágica de su madre, ésta le otorga consentimiento de renuncia a
Un matrimonio no deseado con un pagano que como venganza la denuncia, siendo entonces perseguida y enjuiciada por su consagración a Dios y practicar la fe
Cristiana, y condenada a la humillación en presencia del cónsul Pascasio, donde destaca el episodio de su milagrosa inmovilidad en la que unos bueyes no
Tuvieron fuerza para arrastrarla en su traslado a un prostíbulo; así pues, se recogieron maderas y ramas para quemarla en la hoguera e igualmente salió
Milagrosamente indemne por intervención Divina; pero finalmente y tras lo acontecido, su muerte le llegó por decapitación con una espada, donde
Posteriormente le fueron enucleados sus ojos.
Su martirio fue el 13 de diciembre, y la enterraron en las catacumbas de Siracusa; desde allí sus reliquias se distribuyeron a distintas iglesias del mundo.
Actualmente sus restos se veneran en su Iglesia de Venecia a la que acuden cada año miles de peregrinos.
Se suele pintar a Santa Lucía llevando un plato con sus ojos, y es abogada de la vista.