Soy hijo de una calzadeña y he de decir que cada vez que voy me gusta más que la vez anterior. La gente es maravillosa y el
pueblo es magnífico. Recuerdos a
Corpus (el del kiosko de la
plaza) y a Manoli (de la Peluquería Manoli). ¡¡No dejéis de visitra este paraíso terrenal!!