¡Oh,
Pueblo que te pierdes hundido en la distancia:
Soy polen de tus
flores, arena de aquel
río
Que temblando te ciñe como cendal de plata;
Soy
color de tus sauces, lirismo de tus milpas;
Un cogollo arrancado del tronco de tus siglos;
Y, como tigre preso, mantengo la mirada
Allá lejos, muy lejos, tocando el horizonte
Donde sé que me esperas con los brazos abiertos,
Y a donde he de volver a dejarte mi polvo!
E.no.V.