Otra forma de luchar contra el calentamiento global es controlando nuestra alimentación. ¿Cómo? Simplemente consumiendo menos carne.
El aumento de consumo de carne en países desarrollados ha propiciado que se eliminen grandes masas forestales a efectos de aumentar las áreas de pastos. Lo de siempre: sin árboles más indefensión frente al efecto invernadero.
Pero que no se alarmen nuestros excelentes carniceros de aldea. Gran parte de la carne barata que se consume en España procede de América del Sur, y es allí, concretamente en la selva amazónica, donde se queman extensas superficie para ganar tierras de pastoreo.
Sin embargo, la carne es la principal fuente de proteínas y hay que seguir consumiéndola; pero sin abusar, puesto que también es fuente de grasas saturadas (las perjudiciales). Y ¡qué decir! Los aldeanos somos muy carniceros: chuleteros, matanceros y caldereteros (yo incluido).
Nuestra tierra también es un paraíso para los vegetarianos, a tenor de sus feraces huertas y por su producto principal: la berenjena (cuyas virtudes son actualmente objeto de estudio en la Universidad de Valencia).
La única asignatura pendiente de Aldea en lo que a alimentación se refiere, es una pescadería en condiciones, pues el pescado es rico en proteínas y grasas insaturadas (las saludables) y es necesaria su disponibilidad "a diario".
Ya lo decía don Quijote: "Mal se puede llevar el peso de las armas sin el buen gobierno de las tripas".
El jardinero de las nubes.
El aumento de consumo de carne en países desarrollados ha propiciado que se eliminen grandes masas forestales a efectos de aumentar las áreas de pastos. Lo de siempre: sin árboles más indefensión frente al efecto invernadero.
Pero que no se alarmen nuestros excelentes carniceros de aldea. Gran parte de la carne barata que se consume en España procede de América del Sur, y es allí, concretamente en la selva amazónica, donde se queman extensas superficie para ganar tierras de pastoreo.
Sin embargo, la carne es la principal fuente de proteínas y hay que seguir consumiéndola; pero sin abusar, puesto que también es fuente de grasas saturadas (las perjudiciales). Y ¡qué decir! Los aldeanos somos muy carniceros: chuleteros, matanceros y caldereteros (yo incluido).
Nuestra tierra también es un paraíso para los vegetarianos, a tenor de sus feraces huertas y por su producto principal: la berenjena (cuyas virtudes son actualmente objeto de estudio en la Universidad de Valencia).
La única asignatura pendiente de Aldea en lo que a alimentación se refiere, es una pescadería en condiciones, pues el pescado es rico en proteínas y grasas insaturadas (las saludables) y es necesaria su disponibilidad "a diario".
Ya lo decía don Quijote: "Mal se puede llevar el peso de las armas sin el buen gobierno de las tripas".
El jardinero de las nubes.