Si la alcaldesa tuviera un mínimo de decencia ya habría dimitido, pero claro,
Acostumbrados a mangonear durante tantos años, su descaro le lleva a pensar que lo normal, lo que está bién, es seguir aprovechamdose de unos votos, que si bien no pongo en duda se los darian de buena fe, ella y su marido los están utilizando de una forma inmoral y fraudulenta.
Sra. Alcaldesa hay una sentencia firme, contra el secretario del
ayuntamiento,
A la sazón su marido, por falsificación en documento público,
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