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ZURITA DE PIELAGOS: El verano del 53, como todos los veranos tenía sus...

El verano del 53, como todos los veranos tenía sus cosas buenas como las frecuentes Romerías, los baños en el Pas, las excursiones a la playa etc. pero también tenían sus inconvenientes, uno de ellos era la sequía que algunos años nos castigaba mas que otros, y recuerdo ese verano, porque nuestro pozo, muy menguado en su aforo vital, no permitía que nuestras vacucas, unas 6 ó 7 pudieran abrevar en casa como de costumbre, por ello teníamos que llevarlas (casi siempre los chavales, 9- 10 años ya servían para ello) a saciar su sed a una fuente que se llama "Costabil", pero un día que por casualidad había caído un chaparrón de verano, el camino (calleja), estaba embarrado y al llegar a una parte baja de él, había una "poza" charca que lo inundaba de lado a lado y yo para no mojar mis chanclos, aproveché sin pensarlo mucho, que una becerrona que iba en el rebaño, al llegar al barrizal aflojó la marcha, y de un brinco monté sobre su lomo como si de caballo se tratara, y ésta del susto dió tal estampida hacia la otra orilla, que crucé el charco como en un cohete y caí en tierra seca que es lo que yo necesitaba, al egreso hice lo mismo pero quedé mas adolorido que mojado, pues bién, pasó que aquella becerra que entonces estaba en pleno crecimiento, a partir de esas fechas se hizo vaca en casa pero quedó de muy poco tamaño, de lo cual siempre me sentí culpable amenos que fueran los genes cosa que nunca supimos. A pesar de éstas penurias domésticas, el verano te ofrecía Romerías por doquier a parte del propio pueblo, pues eran famosas: San Cristóbal en Las Presillas, San Antonio en Renedo, Virgen de Valencia en Vioño, El Angel en Vargas, otras en Salcedo y etc. etc. Lo mejor para nosotros, no eran las avellanas, el tíro al mono, los coches de choque, ni siquiera la Cruz Blanca con churros, que era cosa buena, sinó la posibilidad de sacar a bailar alguna chabaluca que con suerte te dejaba agarrarla un baile ó dos y eso sinó llegaba algún preferido por allí cerca, y te dejaba casi "plantado". Siempre íbamos los chavales, en parejas pues ellas bailaban juntas y había que solicitarles el baile 2 para 2 pero ocurría que nosotros primero echábamos el ojo a la pareja que mas posibilidades nos ofrecía y repartíamos el botín antes de atacar, tú con la morena y yo la del pelo corto, pero ellas al vernos con intenciónes, también hacían su reparto, y al hacer contacto con el objetivo ellas giraban pícaramente y emparejaban a su conveniencia, la consecuencia era que tu amigo lo podía estar pasando muy bién mientras tú hablabas del tiempo y estabas deseando soltar la presa. En fín luego te gastabas las cinco pesetas en petardos y regresabas a pié ó como mucho en bicicleta a casa y no mas tarde de las 10h. pues los mayores tenían la consigna: Después de las diez no se hace nada bueno en la calle; ¿habrán podido cambiar el chip para éstos días..., a mí me cuesta. También en estos veranos tan secos había que surtir de agua potable la casa recurriendo a las "fuentes", ancestrales manantiales de agua pura y natural que aunque reducían el chorro casi nunca se secaban, como la de Costabil El Rayo, El Carroño, Cantomilla, La Llana etc., y hablando de La Llana gran palacio que regentaron siempre y hasta la fecha, mís abuelos maternos y tíos, con los que jugué, subí, bajé y hasta toqué muchas veces un viejo piano que habían dejado los marqueses, conocí La Casona cuando tenía un piso de altura mas que hoy, y recuerdo hasta la "aserré" última que dejaron en la que por cierto uno de mis tíos años mas atrás ejercía de conductor, principalmente para llevar al Marqués ó familiares, a Renedo para tomar el tren, y en uno de esos servicios, el Sr. Marqués avisó a mi tío que preparase el carruaje para Renedo temprano, pero mi tío se durmió esa mañana y tuvo que salir corriendo y descalzo hubo de hacer el servicio. Había en La Llana una huerta de frutales y unos jardínes que a mí entonces me parecían el "paraíso terrenal", y todavía el mismo día que me casaba año 70 fuí a ese paraíso ya entonces casi extinguido para cortar un ramo de CAMELIAS, de un arbolito que aún quedaba, mes de Abril con el cual mi esposa querida entró a la iglesia, e incluso hicimos la foto de boda con ese ramillete, en blanco y negro aún.... lástima. Entonces el transporte público era escaso y rudimentario, algún viejo Ford ó Citroen, y un famoso "aserré" carro de paseo elegante que lo tenía Cleo, de Parayo y hacía portes para lacomarca, así que un día mi padre lo alquiló para ir a Torrelavega mi madre y los tres críos, año 51 mas ó menos, acomprarnos zapatos y no sé que más, pero nos sentimos millonarios sentados debajo de aquel toldo, que se movía sin esfuerzo para nosotros, y por cierto llovió, pero la carroza era totalmente cerrada, así que felices..... En las casas de mi pueblo cada uno compraba lo que necesitaba y podía, pero también vendía aparte de sus cosechas o animales, otros productos como la chatarra, todo el mundo reunía sus pedazos de hierro, chapa, y si era cobre eso era el oro de los chatarreros, quienes venían regularmente comprando lo que aparecía. Otros recolectaban hojas de laurel que enviaban por tren a otras provincias, haciendo de ello su medio de vida, incluso recuerdo una vez que vino una gente con camión y todo comprando perros, sí sí perros, no importaba si enfermos, viejos, moribundos ó salvajes, y después de la limpieza canína me enteré que los empleaban como cebo en el pantano del Ebro para pescar cangrejos, así se dijo... Claro que en esos tiempos los perros eran esclavos servidores de sus dueños, y podían pasar muchos años atados a una cadena cuidando la casa y nadie se quejaba, ni siquiera ellos y fíjense ahora como se volteó la tortilla, hoy también digo, ni tan calvo ni con dos pelucas no les parece hermano perro. Pues era así, aunque no lo dijera el Telediario ¡qué sería eso!, pero los perros también se morían igual que hoy pero por diferentes causas, antes era, de rabia, de mengua, ó de paliza etc. y que se hacía en esos casos con el cadáver, fuera perro gato ó gallina pues lo normal: ¡niño tira ese bicho al río!, y el acuífero mas cercano cargaba con el muerto, nunca mejor dicho, y es que el río era tan gran invento que lo desaparecía todo en incluso borraba las huellas de la faena pues esas aguas van muy lejos, y a nadie le molesta...... y si era otro tipo de desperdicio tan malo tan malo que ni perro, ni gato, ni chon, ni vaca, ni cabra, ni gallina, podía digerir, pues se tiraba a un bardal y listo, tol mundo callao. ¡Qué vida tan sana la de los puéblos! ya la quisieran muchos hoy día, ¿ó nó?.-