A partir del siglo XI se fue formando en la parte alta de estos dos
valles un hábitat humano especial y único, cuya economía estaba basada en la
ganadería trashumante. Estas gentes que se llamarían pasiegos procedían de la comarca de Espinosa de los Monteros (
Burgos) y basándose en permisos de pastos libres de portazgo que el rey Alfonso VIII concedió a sus Monteros en documento del 1206 se fueron asentando en las laderas de los
montes del
río Miera y del río Pas principalmente. El asentamiento era disperso, habitando cabañas hechas de
piedra (llamadas
casas vividoras) que ocupaban en los meses de
primavera y
verano, cuando los pastos eran buenos.
Para el
invierno recolectaban el suficiente heno para la
comida de las
vacas y bajaban a la aldea, al núcleo de población estable que poco a poco fueron formando las tres villas pasiegas:
Vega de Pas,
San Pedro del Romeral y
San Roque de Riomiera, que no están contiguas unas de otras.