En casi todas las iglesias medievales de Europa occidental se practicaba el emparedamiento voluntario en vida.
Normalmente lo solicitaban viudas. Quedaban encerradas completamente en un habitáculo, habilitado para tal efecto, con dos únicos orificios.
Uno para recibir el alimento (Posiblemente el de la foto) este daba al exterior. y otro que comunicaba con la iglesia para que la penitente pudiese ver la Santa Misa.
A los 21 días consecutivos que la enclaustrada no hubiese aceptado los alimentos diarios, se procedía a extraer el cadáver y darla sepultura.
Esta práctica llegó a realizarse hasta 1909, año en que quedó prohibido y se ordenó destruir o modelar estos habitáculos.
El único que queda en toda Europa en la actualidad intacto, es el de Astorga (León)
La mismísima princesa de Portugal al enviudar se emparedó en Astorga como penitencia.
Este orificio de la iglesia de San Mamés es idéntico a los emparedamientos habituales de la época, casi segurísimo que sea el último vestigio. (San Mamés ha tenido varias reformas)

(9 de Julio de 2015)