Altar Mayor de la iglesia de Santa María, LEBEÑA

El frontal del Altar

Detalle.
En la actualidad se encuentra adosado al basamento de piedra del retablo mayor. Se trata de un gran bloque de piedra arenisca, de forma prismática, de 173 cms. de largo en la parte superior, 162,5 de largo en la parte inferior y 103 cms. de altura, con un fondo de 20 cms. Su ubicación primitiva sería entre las dos primeras columnas de la nave central, como elemento de separación del espacio dedicado al coro -delante del presbiterio- y de la nave.
El frontal alberga siete círculos grabados, rehundidos o pintados en la piedra, (cuatro mayores en los ángulos, de 30 cms. de diámetro y dos menores, intermedios, de unos 19 cms. de diámetyro) que se distribuyen simétricamente en toda la superficies a partir de un gran motivo central.
Analizando en una lectura global el contenido del frontal, parece obvio destacar su significado cristológico y escatológico, temáticas ambas muy utilizadas por los pueblos germánicos cristianizados y en el arte prerrománico.
Los dos círculos de los ángulos inferiores harían referencia a la vida terrenal, representada por la metáfora del árbol (los árboles cruzados) y la medida del tiempo (el horologio). Los triángulos o montañas (líneas quebradas inferiores) y la línea del cielo, que enlazan ambos círculos, subrayarían este concepto.
La zona intermedia con los dos círculos más pequeños, -cuyas dimensiones no son producto de su menor relevancia, sino que su tamaño está justificado por los imperativos del espacio en relación con el gran círculo central-, indicarían carácter espiritual del cielo cristiano a través de la resurrección (estrella de ocho puntas).
En la zona superior, los dos círculos están dedicados a la salvación de Cristo, (flores de cuatro pétalos circunscritas, sobre cruz patada o sobre cruzada con otra flor, acompañada de rombos o piedras preciosas), que se manifiestan de una forma más elocuente y cosmogológica en el gran círculo central, que indicarían las esferas o círculos celestes (círculos concéntricos) y el carácter espiritual del cielo cristiano a través de la resurrección (estrella de ocho puntas).
(22 de Septiembre de 2004)