CRÍTICA PICTÓRICA AL CUADRO DE ALBERTO RODRIGO TITULADO “FRAMA” POR CARLOS ETXEBA
La composición de esta acuarela llama la atención por el ángulo visual con el que el pintor ha representado el cuadro. Las casas de este pueblo de Cantabria están enracimadas, desordenadas, amontonadas, coronando un pequeño puente rural.
Bajo este punto de vista no se pueden ver las pequeñas callejuelas que tiene que haber entre ellas, posiblemente en pendiente, para poder tener acceso a las pequeñas viviendas amontonadas entre ellas, pero se adivina el efecto placentero que producen los pequeños pueblos de España.
Son pequeños pueblos envejecidos donde se ha efectuado su urbanización paso a paso a lo largo de los años, paulatinamente, sin reglas, sin prisas al ritmo vital de sus habitantes sin considerar ningún efecto arquitectónico ni urbanístico. Los veraneantes que llegan a Frama, como a tantos pueblos de España, descansan simplemente con la vista.
El espacio que ocupa es el natural, el de la naturaleza que se desarrolla al unísono con el devenir de las personas que lo han habitado, sin contraposiciones al ritmo de los trabajos propios del campo que han ido desarrollando a lo largo de sus vidas.
Desde el punto de vista pictórico la acuarela está pintada con trazos rápidos predominando los verdes intensos, propios del clima lluvioso del norte de España. Las casas tienen un color ennegrecido por la humedad y hasta el cielo por la izquierda parece que se está nublando amenazando lluvia.
Una excelente acuarela de Alberto Rodrigo.
La composición de esta acuarela llama la atención por el ángulo visual con el que el pintor ha representado el cuadro. Las casas de este pueblo de Cantabria están enracimadas, desordenadas, amontonadas, coronando un pequeño puente rural.
Bajo este punto de vista no se pueden ver las pequeñas callejuelas que tiene que haber entre ellas, posiblemente en pendiente, para poder tener acceso a las pequeñas viviendas amontonadas entre ellas, pero se adivina el efecto placentero que producen los pequeños pueblos de España.
Son pequeños pueblos envejecidos donde se ha efectuado su urbanización paso a paso a lo largo de los años, paulatinamente, sin reglas, sin prisas al ritmo vital de sus habitantes sin considerar ningún efecto arquitectónico ni urbanístico. Los veraneantes que llegan a Frama, como a tantos pueblos de España, descansan simplemente con la vista.
El espacio que ocupa es el natural, el de la naturaleza que se desarrolla al unísono con el devenir de las personas que lo han habitado, sin contraposiciones al ritmo de los trabajos propios del campo que han ido desarrollando a lo largo de sus vidas.
Desde el punto de vista pictórico la acuarela está pintada con trazos rápidos predominando los verdes intensos, propios del clima lluvioso del norte de España. Las casas tienen un color ennegrecido por la humedad y hasta el cielo por la izquierda parece que se está nublando amenazando lluvia.
Una excelente acuarela de Alberto Rodrigo.