El
castillo de
Santa Ana es una fortaleza situada sobre un promontorio rocoso en
Castro Urdiales, en una península donde también está la
iglesia fortificada Sta. Mª de la Asunción (siglo XIII), las
ruinas de otra iglesia anterior (la de
San Pedro, del siglo XII), y la
ermita de Santa Ana, construida a modo de atalaya, unida al castillo mediante un
puente. El conjunto posee muy buenas vistas al
mar, al
puerto y al
pueblo. Dentro del recinto se construyó un
faro en 1853, cuya maquinaria ocupó la
capilla. Se trata de uno de los
castillos mejor conservados del norte de
España.
Es de planta pentagonal con
torreones cilíndricos esquineros de 15 metros de altura, que protegen un recinto rectangular de 22,75 x 12,35 metros; dentro de éste, a su vez, hay un
salón de 17 x 7 m cubierto por una
bóveda de cañón. Uno de los cilindros es en realidad la cubrición de un espacio triangular que avanza desde el rectángulo interior hacia la villa, mientras que los otros cuatro actúan de contrafuertes de la bóveda del espacio habitable. Otra defensa, almenada y más baja, es visible en la parte del faro. Carece por completo de huecos, de modo que la defensa sólo podía hacerse desde las
torres. La
fábrica es de
piedras ciclópeas tomadas con cal. El castillo, así como la ciudadela, estuvo protegido por una
muralla de entre 6 y 7 metros de altura, que conserva un pequeño lienzo muy deteriorado con las almenas y merlones originales.
El acceso se sitúa por el lado del mar, a través de una pequeña
puerta.