Eduardo Ceballos muestra en esta escultura de piedra el trabajo, entrega y sacrificio de nuestras abuelas. Con su bregar en las tareas domesticas, agricolas y ganaderas fueron el pilar básico de la familia en los entornos de especial dificultad para la agricultura y ganaderia. Ese trabajo, muchas veces invisible, así queda reflejado en la dura piedra.
Gracias Luis por las fotos. Desde Madrid, sólo ver ésta foto ya me emociona y como agradezco que se las reconozca, aunque sea después de tantos años. Recordar esa invisible tarea que sirvió de piedra angular para nuestro bienestar de hoy es justo merecimiento a nuestras revolucionarias silenciosas que por fin están en primera línea con el protagonismo que les corresponde para conocimiento de las presentes y siguientes generaciones. La mujer Cántabra de la época demostró mucha...
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