Parroquia matriz, considerada como la máxima expresión de la
arquitectura barroca en
Canarias. La construcción del templo pasó por varias fases. Empieza su primera construcción en 1498 a raíz de la conquista de Canarias y termina en 1516. Treinta años más tarde y ante el aumento de la feligresía, fue ampliada. Más tarde, los terremotos provocados por la erupción de los volcanes entre 1705 y 1706, hacen que su estructura se deteriore, decidiendo entonces construir una
Iglesia nueva (1767) que dio lugar a la que hoy contemplamos. Para la construcción de la nueva Iglesia se contó con aportaciones tanto de la clase social más poderosa, como de la Corona, destacando asimismo los recursos que llegaron desde América, lo que fue reflejado en la
fachada a través de dos esferas (globos terráqueos) que representan a Canarias y a las Antillas. Destaca su
portada barroca, realizada toda en cantería, aunque en el interior nos encontraremos con un sobresaliente ejercicio de lenguaje neoclasicista. Sus
torres de veinticuatro metros de altura, y su
cúpula singularizan la imagen externa de la edificación.