Después de estar en manos de los vándalos y los árabes en 903, fue conquistada por el rey Jaime I de
Aragón el 31 de diciembre de 1229, convirtiéndose en la Ciutat de
Mallorca o Ciutat, capital de su propio reino, que decayó tras su incorporación a la Corona de Aragón en 1279. En 1715 entraron en vigor los Decretos de Nueva Planta, recuperando la ciudad su topónimo
romano, Palma, en uso desde el siglo XV.