Cristo, tu no me oyes,
Pero lo que hice fue tu voluntad.
Cristo, todo mi
pueblo,
Por lo de tu muerte me despreciara.
Estoy salpicado de sangre inocente,
A mi por el fango se me arrastrara,
Estoy salpicado de sangre inocente,
Ahora la
historia me condenara. (Judas).