POEMA ENEKA A SU MUSA CLIO
Un extranjero soy que vino hasta tu puerta,
acógeme cortés, pues soy un peregrino.
Delante de tu puerta en el polvo me postro,
y la visión espero de tu rostro divino,
casa de la esperanza, dame, amor,
la ilusión de tu cara risiueña,
que avanza hacia la mia,
no temas a la noche, que ya nos ronda el día,
si solo servir puedo de polvo de tú alfombra,
sobre mí triste polvo, proyectaré tu sombra.
Un extranjero soy que vino hasta tu puerta,
acógeme cortés, pues soy un peregrino.
Delante de tu puerta en el polvo me postro,
y la visión espero de tu rostro divino,
casa de la esperanza, dame, amor,
la ilusión de tu cara risiueña,
que avanza hacia la mia,
no temas a la noche, que ya nos ronda el día,
si solo servir puedo de polvo de tú alfombra,
sobre mí triste polvo, proyectaré tu sombra.