Por esos praos cuestos que tan baxo el Robledal, bajábemos de güajes con cartones ó plásticos, deslizando la culera por la nieve. Al llegar a la sebe teníemos que abrir los brazos y les piernes pa poder frenar; aunque nun fué el primeru que saltó la sebe y cayó al camín empedrau.
¡Coses de chiquillos!
¡Coses de chiquillos!
Pues nosotros bajabemos per esti prau, el que ta justo debajo, antes de que pusieran la sebe pel medio, habia veces que casi parabemos detras de casa de Enrique el de la piniella.