ESTIMADA GELI: me alegro mucho de hablar contigo.
Ahora no ando mucho por internet, pues uno, a veces, tiene que dedicar mas tiempo al trabsjo y a la familia que a estas tareass; pero no solo es eso, sino que cada año se va repitiendo el ciclo de las fiestas y acontecimientos en nuestra querida tierra lavianesa y muchos de ellos ya resultan repetitivos, pues ya hemos puestos fotografias abundantes y variadas que ocupan todo... casi todo, el panorama de estos lugares tan añorados.
Espero que te encuentres perfectamente y te mando un cordial saludo.
Ahora no ando mucho por internet, pues uno, a veces, tiene que dedicar mas tiempo al trabsjo y a la familia que a estas tareass; pero no solo es eso, sino que cada año se va repitiendo el ciclo de las fiestas y acontecimientos en nuestra querida tierra lavianesa y muchos de ellos ya resultan repetitivos, pues ya hemos puestos fotografias abundantes y variadas que ocupan todo... casi todo, el panorama de estos lugares tan añorados.
Espero que te encuentres perfectamente y te mando un cordial saludo.
En estos momentos esta nevando en Pola de Laviana..
Uno guarda recuerdos adorables de aquellas nevadas de medio metro en la Pola... cuando se suspendian las clases en la escuela y los "guajes" dedicabamos nuestro tiempo libre extra en pasarlo lo mejor posible con la nieve...
Las guerras a bolazos era lo mas habitual, aunque alguno se enfadara... jajajajja
Los mayores ivan a los praos de cerca del Robledal a deslizarse con rudimentarios trineos o incluso, simples cartones o plasticos, que nos regalaban los comerciantes y nos dejabamos deslizar por las pendientes blancas y frias de estos prados que estaban al lado del Prau de la Gueria o en el Otero
Uno guarda recuerdos adorables de aquellas nevadas de medio metro en la Pola... cuando se suspendian las clases en la escuela y los "guajes" dedicabamos nuestro tiempo libre extra en pasarlo lo mejor posible con la nieve...
Las guerras a bolazos era lo mas habitual, aunque alguno se enfadara... jajajajja
Los mayores ivan a los praos de cerca del Robledal a deslizarse con rudimentarios trineos o incluso, simples cartones o plasticos, que nos regalaban los comerciantes y nos dejabamos deslizar por las pendientes blancas y frias de estos prados que estaban al lado del Prau de la Gueria o en el Otero