POLA DE LAVIANA: ¡Buenos días, pueblo honrado!...

¡Buenos días, pueblo honrado!
¡Buenos días, pueblo honesto! / Y más aún, si es tu gesto
por tus gentes coronado / y no por viles mellado,
camuflados en tu seno,/ que a esa gente de cieno,
ni buenos días ni nada./ El desdén cada jornada
con desprecio de barreno
y grisús en la mirada.

Puesto que el verso ha salido de carrera, aquí queda reflejado, hablando de un pueblo, que no se nombra, que es, pues, hipotético y, por lo mismo, puede ser de aquí o de allá. Aclaración que se hace pues, de un tiempo a esta parte, parece que no damos una a derechas, por lo cual todo nos llega torcido y retorcido. O sea, que ya dijo José Ortega y Gasset que el hombres es él... además de su circunstancia.

Pero pasando de soslayo ese factor circunstancial, inserto un nuevo--y breve-- poema, publicado en mi libro "De Alcaldes y otras historias" y que se titula "Fachenda". Dice Así:
De fachenda y de postín
eran algunas familias / que celebraban vigilias
con sermones y latín./ mas si había algún festín,
más que los demás comían / y, sin norma, prescindían
de mesura y componenda,/ pues, a la postre, la hacienda,
por mucho que la lucían,
no era más que eso, fachenda.