Cuando comienza la temporada de la pesca de la trucha, acostumbro a acercarme hasta el río. Empiezo, normalmente, a caminar desde el puente de Carrio, uego subo hasta la chalana.
En el bar restaurante de la Chalana, siempre encuentras gente conocida, con la que charlar un rato y esperas, paciente, para que te cuenten una historia de truchas que picaron y que se fueron con el anzuelo engachado en la boca ó en las agallas.
Las manos del pescador se abren en amplitud desconocida por estos lares, para la longitud de las truchas y, más propias de salmones e incluso de tiburones.
¿Sabéis que la trucha más grande que hay en los ríos, es la trucha que siempre se escapa con los aparejos?
J.
En el bar restaurante de la Chalana, siempre encuentras gente conocida, con la que charlar un rato y esperas, paciente, para que te cuenten una historia de truchas que picaron y que se fueron con el anzuelo engachado en la boca ó en las agallas.
Las manos del pescador se abren en amplitud desconocida por estos lares, para la longitud de las truchas y, más propias de salmones e incluso de tiburones.
¿Sabéis que la trucha más grande que hay en los ríos, es la trucha que siempre se escapa con los aparejos?
J.