Cerca de Carrio, casi al lado de la
piscina y el
polideportivo, el Nalón se recrea y aminora su marcha. Se hace
espejo y refleja en sus
aguas los
árboles de ribera (humeros, sauces, mimbreras, saúcos, fresnos, etc..) y de cuando en cuando el rapido vuelo de una pareja de ánades reales que van a amerizar unos metros más allá.
Las hierbas de la orilla muestras sus esbeltas espigas y las florecillas silvestres alfombran la rivera del
río.