Se muestra Peña Mea arrogante y presumida, desde su atalaya de 1558 m.
Lo mismo se pone el manto verde de las praderias, que en Invierno se cubre con el blanco gélido de la nieve. Su cumbre de roca desnuda, se acerca al cielo y, aveces acaricia a las nubes ó se deja cubrir por ellas en interminables días de cielos grises y plomizos asturianos, donde el orbayu toma carta de naturaleza.
Algunos amaneceres la descubres presumida y adornada con velos de nubes mañaneras, que en cuanto aparece el sol, ... (ver texto completo)
Lo mismo se pone el manto verde de las praderias, que en Invierno se cubre con el blanco gélido de la nieve. Su cumbre de roca desnuda, se acerca al cielo y, aveces acaricia a las nubes ó se deja cubrir por ellas en interminables días de cielos grises y plomizos asturianos, donde el orbayu toma carta de naturaleza.
Algunos amaneceres la descubres presumida y adornada con velos de nubes mañaneras, que en cuanto aparece el sol, ... (ver texto completo)