Orfandad
En homenaje a Julia María Iglesias, nacida en Oviedo en 1900
Tierra verde, de fantasías lejanas.
Infancia dura, de inocente soledad.
El frío orfanato, coronado de iglesias,
te impuso una vacía identidad
junto a un bello nombre: Julia María.
Cuerpo esbelto, piel casta,
ojos celeste de mirada triste.
Allí no tenía anclaje el amor,
sólo el abandono, la soledad y el hambre.
Injusto designio de los dioses.
Hoy, nada queda del pasado.
La historia arrasó con el orfanato,
mientras tu vida florecía aquí.
Aquí, fuiste madre y abuela.
Aquí, tus relatos engolosinaron mi infancia.
Hoy, tú tampoco estás, Abuela,
pero al pisar el suelo, donde se irguió otrora, el orfanato
mis lágrimas rodaron con emoción.
Allí, Abuela, sentí el frío de soledad,
de tu soledad, de tu dolor, de tu abandono
Silvia Mangas
En homenaje a Julia María Iglesias, nacida en Oviedo en 1900
Tierra verde, de fantasías lejanas.
Infancia dura, de inocente soledad.
El frío orfanato, coronado de iglesias,
te impuso una vacía identidad
junto a un bello nombre: Julia María.
Cuerpo esbelto, piel casta,
ojos celeste de mirada triste.
Allí no tenía anclaje el amor,
sólo el abandono, la soledad y el hambre.
Injusto designio de los dioses.
Hoy, nada queda del pasado.
La historia arrasó con el orfanato,
mientras tu vida florecía aquí.
Aquí, fuiste madre y abuela.
Aquí, tus relatos engolosinaron mi infancia.
Hoy, tú tampoco estás, Abuela,
pero al pisar el suelo, donde se irguió otrora, el orfanato
mis lágrimas rodaron con emoción.
Allí, Abuela, sentí el frío de soledad,
de tu soledad, de tu dolor, de tu abandono
Silvia Mangas