![Dolores medio. Escritora](/fotos_reducidas/0/6/1/00010061.jpg)
Nosotros los Rivero. "Oviedo es una ciudad dormida.
Por las calles, estrechas y empinadas, del Oviedo antiguo, envueltas, de ordinario, en espesa niebla, corre un sueño de siglos. Las moradas humildes, de paredes desconchadas por la humedad, se aprietan entorno a los palacios y caserones con fachadas de piedra renegrida. Unos y otra parecen dormitar constantemente en un dulce letargo. El gris plomizo del cielo ampara el plácido sueño de la ciudad, y la niebla, que la envuelve celosamente, amortigua los ruidos callejeros. El timbrazo violento de los tranvías, el claxon de los coches, las campanas de iglesias y conventos que llaman continuamente a la oración, se quedan enredados entre la muelle niebla, húmeda y pegajosa".
Por las calles, estrechas y empinadas, del Oviedo antiguo, envueltas, de ordinario, en espesa niebla, corre un sueño de siglos. Las moradas humildes, de paredes desconchadas por la humedad, se aprietan entorno a los palacios y caserones con fachadas de piedra renegrida. Unos y otra parecen dormitar constantemente en un dulce letargo. El gris plomizo del cielo ampara el plácido sueño de la ciudad, y la niebla, que la envuelve celosamente, amortigua los ruidos callejeros. El timbrazo violento de los tranvías, el claxon de los coches, las campanas de iglesias y conventos que llaman continuamente a la oración, se quedan enredados entre la muelle niebla, húmeda y pegajosa".