El Monasterio de San Pelayo, conocido en la ciudad como "Las Pelayas", dice la tradicción que fué mandado construir por el rey de la dinastía asturiana Alfonso II El Casto, aunque lo más probable es que se trate de una fundación de doña Teresa Ansúrez, de finales del siglo diez, bajo la advocación de San Juan Bautista de las Dueñas. Se convirtió en el Monasterio femenino (benedictinas) más importante de Asturias. El edificio sufrió muchar reformas y ampliaciones del siglo XVI al XVIII. Sólo se conservan de la época medieval "el claustrillo", probablemente un resto del pórtico-panteón que estuvo adosado al primitivo templo prerrománico donde se veneraban las reliquias de San Pelayo. Entre sus muros se conservan más de dos mil documentos sobre la historia de Asturias del alto y bajo medievo.
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La fotografía presenta uno de los laterales del Monasterio, el que da a la calle Jovellanos. Sutevo.
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La fotografía presenta uno de los laterales del Monasterio, el que da a la calle Jovellanos. Sutevo.
