El
invierno dignifica el
paisaje. Los pobres ven la realidad de su tiempo, soledad, frío y pesadumbre. No nos queda más que el conformismo en un paisaje tan ajeno a los lujos de nuestra sociedad. Dice el poeta: "Para vivir no quiero islas,
palacios,
torres. ¡Qué alegría más alta: vivir en los pronombres!". Pedro Salinas. Sutevo.