Plaza de Feijóo.
El influjo de los primeros hombres pirenaicos sobre la mentalidad española empieza, en realidad, con el padre Feijóo, gallego, recriado en
Asturias y sombroso ejemplo del poder de la palabra humana, ya que desde su celda del
convento de
San Vicente de
Oviedo logró sacudir, tal como si su pluma fuera un látigo, el alma de los españoles, no siempre permeables al puro pensamiento; y menos en aquellos años, los más tristes de nuestra
historia contemporánea, en los que la Peninsula,
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