Se encuentra comunicada con la casona principal de la
Torre medieval. Su construcción se remonta al siglo XVII, y en ella tenían lugar los acontecimientos religiosos más importantes. Se dejó de destinar al culto católico en la Guerra Civil española, durante la cual fue destruido por un incendio el
retablo barroco de su interior, que constaba de tres
hornacinas, entre las cuales destacaba la dedicada a
San Juan Bautista. Esta
capilla que conserva el
altar interior, tiene planta cuadrangular y
bóveda de crucería nervada, así como una estrecha saetera en el muro occidental, en el que destaca la concha de Santiago, como consecuencia de la pertenencia a esta Orden de diversos miembros de la
familia Noriega.
El acceso a la capilla se abre en la
fachada sur a través de un
arco de medio punto, siendo visible desde el interior de la misma el
patio interior de la casona principal, que actualmente se encuentra en
ruinas.