Milio: Voy a hacer unas puntualizaciones que espero aclaren varias apreciaciones que yo creía haber dejado meridianamente claras:
1º Con respecto a la silicosis, está claro que Vd. no dijo que esta enfermedad fuese privativa de los mineros. Lo que yo quise decir al replicarle es que cada profesión tiene una afectación bien sea de órganos, osteomuscular o de cualquier otra índole. Por cierto, los oficinistas también padecen enfermedades profesionales tales como el síndrome del túnel carpiano, fatiga de las vainas tendinosas etc.
2º No es necesario hacer estudios geofísicos y geotécnicos para saber que la actividad minera es ruinosa, pues durante medio siglo ha subsistido gracias a la inyección dineraria del Estado.
3º No me sale ningún sarpullido por leer cualquier informe, aunque éste sea de parte.
4º Yo no criminalizo al colectivo minero, criminalizo al grupo que protagonizó los desmanes y que por cierto no llevaban ni traje de faena ni casco. (el atuendo no convierte a nadie en violento) Las capuchas y pañuelos que cubrían sus caras, evidencian la premeditación y preparación para la algarada.
5º Por mucho que lamenten lo ocurrido, el viajero herido, no recuperará la visión de su ojo. Antes de hacer según que cosas, debemos sopesar las posibles consecuencias.
6º Claro que me horrorizó ver las imágenes que protagonizaron los estudiantes encapuchados destrozando todo lo que encontraban a su paso y por supuesto, sí que asocio a esos estudiantes con la violencia.
7º No he llamado elementos violentos y destructores a los familiares de nadie, solamente he calificado de este modo a los energúmenos que sin sopesar las posibles consecuencias de sus actos sembraron de barricadas las carreteras y vías férreas. Si alguno de sus familiares, promovió o colaboró en la ejecución de tan deleznable cometido, es por supuesto, acreedor de cuantos calificativos he vertido en mis comentarios.
Por último, como no vamos a ponernos de acuerdo en la apreciación de los hechos, por mi parte, doy el asunto por zanjado. Un saludo,
1º Con respecto a la silicosis, está claro que Vd. no dijo que esta enfermedad fuese privativa de los mineros. Lo que yo quise decir al replicarle es que cada profesión tiene una afectación bien sea de órganos, osteomuscular o de cualquier otra índole. Por cierto, los oficinistas también padecen enfermedades profesionales tales como el síndrome del túnel carpiano, fatiga de las vainas tendinosas etc.
2º No es necesario hacer estudios geofísicos y geotécnicos para saber que la actividad minera es ruinosa, pues durante medio siglo ha subsistido gracias a la inyección dineraria del Estado.
3º No me sale ningún sarpullido por leer cualquier informe, aunque éste sea de parte.
4º Yo no criminalizo al colectivo minero, criminalizo al grupo que protagonizó los desmanes y que por cierto no llevaban ni traje de faena ni casco. (el atuendo no convierte a nadie en violento) Las capuchas y pañuelos que cubrían sus caras, evidencian la premeditación y preparación para la algarada.
5º Por mucho que lamenten lo ocurrido, el viajero herido, no recuperará la visión de su ojo. Antes de hacer según que cosas, debemos sopesar las posibles consecuencias.
6º Claro que me horrorizó ver las imágenes que protagonizaron los estudiantes encapuchados destrozando todo lo que encontraban a su paso y por supuesto, sí que asocio a esos estudiantes con la violencia.
7º No he llamado elementos violentos y destructores a los familiares de nadie, solamente he calificado de este modo a los energúmenos que sin sopesar las posibles consecuencias de sus actos sembraron de barricadas las carreteras y vías férreas. Si alguno de sus familiares, promovió o colaboró en la ejecución de tan deleznable cometido, es por supuesto, acreedor de cuantos calificativos he vertido en mis comentarios.
Por último, como no vamos a ponernos de acuerdo en la apreciación de los hechos, por mi parte, doy el asunto por zanjado. Un saludo,