CANGAS DE ONIS: Villanueva - Cangas de Onis (O)...

Villanueva - Cangas de Onis (O)
Monasterio de San Pedro de Villanueva.
Monasterio de San Pedro.
En un delicioso recodo del río Sella, a la margen derecha, rodeado de altas montañas y verdes prados, a un kilómetro y medio de Cangas de Onís, capital del Concejo, está emplazado el monasterio de San Pedro de Villanueva.
La historia del monasterio de Villanova está todavía por escribir. La tradición hace remontar los orígenes del monasterio, a las primeras décadas de la Reconquista, por fundación del Rey Alfonso I el Católico (739-757) y su esposa Emesinda. Se supone que allí hubo una iglesia de tres naves, con un cementerio a los pies que se localiza en lo que hasta la última restauración fue sacristía, con una arquería románica hacia el claustro actual, a la que todavía se le da el nombre de –Entrada al Palacio- y que fue una capilla dedicada a San Miguel.
La primera referencia documentada de la abadía benedictina, nos la da una teja curva encontrada en lo alto del piñón del muro occidental de la iglesia y que lleva grabada, por incisión, en letras románicas la siguiente leyenda: IN ERA MCCLXI ABBAS RODERICVS CONSUMAVIT ECCLESIAM SANTI PETRI MONACVS SCRIPSIT TELLA, por donde sabemos que en el año 1223, ya estaba rematada y cubierta la iglesia actual, de la cual no queda en su estructura primitiva más que la cabecera y los muros de la nave con sus portadas.
Sepulcros y laudas románicas con labor geométrica, alguna con inscripción, han aparecido en el recinto adosado al hastial de poniente y otro sepulcro ha sido descubierto en el muro sur de la iglesia, en el rincón noroeste del claustro.
Tres ingresos de la época románica conserva esta iglesia: uno en el hastial occidental, en el ángulo suroeste, otro cercano en el muro sur y la gran portada sur hacia la cabecera.
La gran portada meridional de cerca de la cabecera es obra capital del románico asturiano, en su período más depurado, confinando ya con el siglo XIII, y pertenece a un taller del que salieron otras obras maestras, como las tallas de la Cámara Santa. (50)

El monasterio de San Pedro de Villanueva se levantó a lo largo del siglo XII, terminándose las obras a principios del XIII. La iglesia es la única parte del monasterio benedictino original que se conserva junto a los tres aros de acceso a la Sala Capitular, que se abren a un claustro del siglo XVII que sustituyó al original. Además de su interés arquitectónico, es especialmente relevante aquí el trabajo escultórico. Es preciso tener en cuenta que la cubierta original de la nave era de madera, siendo sustituida en el siglo XVIII.
Esta iglesia plantea el característico esquema benedictino de tres ábsides semicirculares escalonados precedidos de tramo recto, con arcos triunfales de acceso y comunicados entre sí.
Es de relevancia en San Pedro de Villanueva la escultura que se concentra en los ábsides, portadas y arcos de triunfo. Junto a motivos meramente ornamentales o simbólicos (representaciones zoomórficas y antropomórficas), aparecen escenas de lucha entre hombres y fieras, e incluso una escena costumbrista que muestra dos campesinos, ago insólito ya que el pueblo bajo no es en esta época objeto de representación.
Resultan llamativos los canecillos exteriores y algunas metopas que exhiben “el mejor conjunto de temas obscenos del románico regional”.
La portada sur, pese a haberse visto afectada por la sustitución de la vieja torre por otra en el siglo XVII, conserva algunas de las mejores esculturas del románico asturiano. Aquí parece que trabajó un taller diferente al que ejecutó los relieves del resto del edificio. De hecho la calidad es muy superior y los motivos son ya propios del arte tardorrománico: la despedida del caballero que alude al amor cortés, tema impensable en la mentalidad del románico pleno, cargada de temas simbólicos y referencias a castigos y pecados. (329) web local (Círculo Románico)