Abandonan una urna con restos de cenizas junto a la bocana de la ría de Avilés.
Los más madrugadores en los paseos por la ría de Avilés están acostumbrados a encontrarse objetos insospechados, aunque casi siempre flotando en el agua o 'atrapados' en algún recoveco del cauce. A algunos de esos caminantes no les pasó desapercibido durante la mañana de ayer un objeto extraño situado en el cantil de la bocana, concretamente una urna situada de pie a la intemperie, abierta y con lo que parecían restos de cenizas de una persona fallecida desparramados por el suelo. Las sospechas llevan directamente a su origen del tanatorio, pues a escasos centímetros estaba el envoltorio con el que suele entregarse los restos a los familiares.
No es extraño que haya quien quiera homenajear a sus seres queridos depositando sus cenizas en lugares que hayan tenido un significado especial, aunque no está permitido depositar ni arrojarlas al mar, salvo que sean biodegradables. De dicha urna se encargó la policía portuaria, que puso en aviso de la Guardia Civil el hallazgo y se deshizo de ella sin poder obtener pista alguna sobre quien pudo abandonarla junto al agua
Los más madrugadores en los paseos por la ría de Avilés están acostumbrados a encontrarse objetos insospechados, aunque casi siempre flotando en el agua o 'atrapados' en algún recoveco del cauce. A algunos de esos caminantes no les pasó desapercibido durante la mañana de ayer un objeto extraño situado en el cantil de la bocana, concretamente una urna situada de pie a la intemperie, abierta y con lo que parecían restos de cenizas de una persona fallecida desparramados por el suelo. Las sospechas llevan directamente a su origen del tanatorio, pues a escasos centímetros estaba el envoltorio con el que suele entregarse los restos a los familiares.
No es extraño que haya quien quiera homenajear a sus seres queridos depositando sus cenizas en lugares que hayan tenido un significado especial, aunque no está permitido depositar ni arrojarlas al mar, salvo que sean biodegradables. De dicha urna se encargó la policía portuaria, que puso en aviso de la Guardia Civil el hallazgo y se deshizo de ella sin poder obtener pista alguna sobre quien pudo abandonarla junto al agua