Hay coincidencias y coincidencias pero hoy, veinticuatro de enero de dos mil doce, coincide que hace treinta y cuatro años, se produjo la llamada Matanza de Abogados Laboralistas de Atocha y, unos señores que dicen están agrupados en un sindicato y puede ser que sea verdad que es un sindicato como los que todo el mundo piensa cuando hablamos de sindicatos, han visto sentado en el banquillo de los acusados, al único juez que ha intentado llevar adelante unas actuaciones a instancia de las víctimas del franquismo y amparado por la llamada Ley de la Memoria Historica, acusándolo de la comisión de unas actuaciones que están tipificadas con unos veinte años de trena en el C. Penal vigente.
Pero además, hoy, veinticuatro de enero, se han encontrado en una fosa común del municipio de Gerena (Sevilla), lo que queda de los cuerpos de diecisiete mujeres de Guillena (Sevilla) asesinadas por falangistas hace ahora setenta y cuatro años. Las 17 Rosas.
Cuando, en los primeros días de septiembre d e 1936, las tropas sublevadas entraron en el pueblo, de unos 3000 habitantes por entonces. Muchos hombres huyeron a Madrid y a otros sitios a unirse a las tropas de la República, no obstante, otros se quedaron por allí y fueron encarcelados o fusilados sin más contemplaciones. Pero las mujeres se quedaron allí con sus hijos y fueron detenidas y encarceladas, diecinueve. El 12 de octubre del mismo año, Día de la Raza y de la Virgen del Pilar, las sacaron a la calle para pasearlas por el pueblo con la cabeza rapada, para escarnio y humillación y luego, para más todavía y haciendo alarde de la caridad cristiana que animaban a aquella buena gente, las llevaron a oír la Santa Misa.
Poco días después, las montaron en camión y las llevaron a Gerena pero antes, un médico del pueblo, en una intentona desesperada por salvarlas, explicó a sus captores que muchas estaban enfermas, que la mayoría tenían niños de teta y que algunas, estaban embarazadas como consecuencias al parecer, de los abusos sexuales y violaciones a las que habían estado siendo sometidas. Al parecer, consiguió que bajaran a una que le daba la teta a un bebé y, a otra, conocida como la Marcelina, que dijo que daba la teta a su niño, de dos años ya y destetado quien, en aquellos momentos como si supiera que se jugaba la vida de su madre, se agarró a sus tetas y empezó a chupar. (No me extraña que la madre dijera la verdad porque, a mi, la mía siempre me dijo que me había estado dando teta durante mucho tiempo porque no había otra cosa y aunque es de suponer que poco se podría sacar donde no había nada) Eso la salvó pero, con las demás, la crueldad no tuvo límites. Los vecinos de Gerena que todavía está vivos y lúcidos, dicen que sus aterrorizados gritos resonaban por todo el pueblo.
Motivos.- Ser esposas, novias o hermanas, de los que había huido.
Pero fieles a la tergiversación de todos aquellos hechos, con motivo de la acusación que le hacen al juez que llevó a Pinochet (Pinocho) ante sus responsabilidades, y al mismo que ha puesto en la picota a los genocidas argentinos y a muchos otros asesinos españoles. El mismo que destapó y puso en marcha operaciones (Correa o Gürtel, por ejemplo) para detener y encarcelar a los que bajo el manto de la política se llevan a Suiza u otros paraíso fiscales el dinero de los contribuyentes españoles, en el colmo del descaro y la desvergüenza, se atreven a decir que:
NADIE está POR SOBRE LA LE y que LA IMPUNIDAD ES EL CANCER DE LA SOCIEDAD.
Salud.
Pero además, hoy, veinticuatro de enero, se han encontrado en una fosa común del municipio de Gerena (Sevilla), lo que queda de los cuerpos de diecisiete mujeres de Guillena (Sevilla) asesinadas por falangistas hace ahora setenta y cuatro años. Las 17 Rosas.
Cuando, en los primeros días de septiembre d e 1936, las tropas sublevadas entraron en el pueblo, de unos 3000 habitantes por entonces. Muchos hombres huyeron a Madrid y a otros sitios a unirse a las tropas de la República, no obstante, otros se quedaron por allí y fueron encarcelados o fusilados sin más contemplaciones. Pero las mujeres se quedaron allí con sus hijos y fueron detenidas y encarceladas, diecinueve. El 12 de octubre del mismo año, Día de la Raza y de la Virgen del Pilar, las sacaron a la calle para pasearlas por el pueblo con la cabeza rapada, para escarnio y humillación y luego, para más todavía y haciendo alarde de la caridad cristiana que animaban a aquella buena gente, las llevaron a oír la Santa Misa.
Poco días después, las montaron en camión y las llevaron a Gerena pero antes, un médico del pueblo, en una intentona desesperada por salvarlas, explicó a sus captores que muchas estaban enfermas, que la mayoría tenían niños de teta y que algunas, estaban embarazadas como consecuencias al parecer, de los abusos sexuales y violaciones a las que habían estado siendo sometidas. Al parecer, consiguió que bajaran a una que le daba la teta a un bebé y, a otra, conocida como la Marcelina, que dijo que daba la teta a su niño, de dos años ya y destetado quien, en aquellos momentos como si supiera que se jugaba la vida de su madre, se agarró a sus tetas y empezó a chupar. (No me extraña que la madre dijera la verdad porque, a mi, la mía siempre me dijo que me había estado dando teta durante mucho tiempo porque no había otra cosa y aunque es de suponer que poco se podría sacar donde no había nada) Eso la salvó pero, con las demás, la crueldad no tuvo límites. Los vecinos de Gerena que todavía está vivos y lúcidos, dicen que sus aterrorizados gritos resonaban por todo el pueblo.
Motivos.- Ser esposas, novias o hermanas, de los que había huido.
Pero fieles a la tergiversación de todos aquellos hechos, con motivo de la acusación que le hacen al juez que llevó a Pinochet (Pinocho) ante sus responsabilidades, y al mismo que ha puesto en la picota a los genocidas argentinos y a muchos otros asesinos españoles. El mismo que destapó y puso en marcha operaciones (Correa o Gürtel, por ejemplo) para detener y encarcelar a los que bajo el manto de la política se llevan a Suiza u otros paraíso fiscales el dinero de los contribuyentes españoles, en el colmo del descaro y la desvergüenza, se atreven a decir que:
NADIE está POR SOBRE LA LE y que LA IMPUNIDAD ES EL CANCER DE LA SOCIEDAD.
Salud.
