Estatua de bronce sobre pedestal situada en la
plaza Virgen de los Reyes de
Sevilla,
Andalucía,
España. El
monumento supone un gesto de la ciudad a Juan Pablo II, que visitó Sevilla en 1982, en la beatificación de Ángela de la
Cruz, y en 1993, cuando para clausurar el XLV Congreso Eucarístico Internacional.