Queridísimo Mario:
En tu viaje final, estamos con el alma rota. Tus amigos, tus vecinos del Cerrillo, el pueblo entero, acompañamos en el dolor a tus padres, a tu hermana, a tu familia, a tus seres más queridos.
Lo hacemos con infinita tristeza, un sentimiento que tú, con tu vitalidad, tu coraje, tus ganas de vivir, no querías para nadie.
Has sido, eres y serás, porque en nuestro corazón, en el corazón de Vilches, vas a estar siempre presente, jamás en el olvido, un ejemplo de entrega, de fuerza, de valentía, de superación de la voluntad de vivir. Eres, Mario, el orgullo de tus padres, el orgullo del pueblo entero.
Con tu mirada limpia, azul, naciste para hacer feliz a los que te rodean. Con tu ilusión inquebrantable, con el sonido contundente de tu guitarra, con tus ilusiones…Desde el Más Allá, seguro que sigues haciendo feliz a quienes cada amanecer contemplen tu sonrisa, escuchen el sonido admirable de tu música.
Con todo nuestro amor, Mario.
En tu viaje final, estamos con el alma rota. Tus amigos, tus vecinos del Cerrillo, el pueblo entero, acompañamos en el dolor a tus padres, a tu hermana, a tu familia, a tus seres más queridos.
Lo hacemos con infinita tristeza, un sentimiento que tú, con tu vitalidad, tu coraje, tus ganas de vivir, no querías para nadie.
Has sido, eres y serás, porque en nuestro corazón, en el corazón de Vilches, vas a estar siempre presente, jamás en el olvido, un ejemplo de entrega, de fuerza, de valentía, de superación de la voluntad de vivir. Eres, Mario, el orgullo de tus padres, el orgullo del pueblo entero.
Con tu mirada limpia, azul, naciste para hacer feliz a los que te rodean. Con tu ilusión inquebrantable, con el sonido contundente de tu guitarra, con tus ilusiones…Desde el Más Allá, seguro que sigues haciendo feliz a quienes cada amanecer contemplen tu sonrisa, escuchen el sonido admirable de tu música.
Con todo nuestro amor, Mario.