Ciertamente ha sido el peor fin de semana desde que estoy en Jimena, cuánto dolor, cuánta angustia.
Lo de Juan Tomás fue terrible, esos padres destrozados, esos amigos desechos.
Lo de Tomás totalmente inesperado, a pesar del susto parecía que se recuperaría, el día de antes dijeron los médicos que apenas había lesiones cerebrales. Todo iba muy bien, hasta que le repitió.
Por si tuviésemos poco, me tenían con el alma en un hilo, porque a todas horas no paraban de asegurarme que José también había muerto ya, lo llevamos enterrando desde el viernes por la tarde. ¿Por qué se cunden esas malas noticias? ¿Quién puede ir diciendo que ha muerto una persona, así tan a la ligera?
Mientras hay vida hay esperanza y yo sigo rezando por este hombre. Su hermano Paco me ha dicho esta tarde que sigue igual, muy grave.
Todo el pueblo está conmocionado por estas dos muertes y es totalmente comprensible, yo lo he pasado realmente mal, y con la paradoja de la vida, el cura tiene que estar en las alegrías y en las tristezas y hay estábamos preparando un bautizo mientras hacían señal las campanas por Juan Tomás, celebrando una boda en Cánava mientras su cuerpo llegaba al tanatorio. Además unas bodas de plata el domingo por la tarde, mientras se velaba a Tomás.
Reir con los que rien, llorar con los que lloran, qué difícil es y cuánto me ha costado. Por lo menos lo he intentado, aunque no sé si habré estado a la altura de las circunstancias.
Estas familias saben que cuentan conmigo para lo que necesiten como sacerdote y como amigo.
Dios mio, que fin de semana, cuántas lágrimas se han derramado en nuestro pueblo. Cuántas horas hemos pasado en el tanatorio.
Cuatro entierros en una semana, que se dice pronto.
Dales Señor el descanso eterno, y brille para ellos la luz eterna. Descansen en paz. Amén
Lo de Juan Tomás fue terrible, esos padres destrozados, esos amigos desechos.
Lo de Tomás totalmente inesperado, a pesar del susto parecía que se recuperaría, el día de antes dijeron los médicos que apenas había lesiones cerebrales. Todo iba muy bien, hasta que le repitió.
Por si tuviésemos poco, me tenían con el alma en un hilo, porque a todas horas no paraban de asegurarme que José también había muerto ya, lo llevamos enterrando desde el viernes por la tarde. ¿Por qué se cunden esas malas noticias? ¿Quién puede ir diciendo que ha muerto una persona, así tan a la ligera?
Mientras hay vida hay esperanza y yo sigo rezando por este hombre. Su hermano Paco me ha dicho esta tarde que sigue igual, muy grave.
Todo el pueblo está conmocionado por estas dos muertes y es totalmente comprensible, yo lo he pasado realmente mal, y con la paradoja de la vida, el cura tiene que estar en las alegrías y en las tristezas y hay estábamos preparando un bautizo mientras hacían señal las campanas por Juan Tomás, celebrando una boda en Cánava mientras su cuerpo llegaba al tanatorio. Además unas bodas de plata el domingo por la tarde, mientras se velaba a Tomás.
Reir con los que rien, llorar con los que lloran, qué difícil es y cuánto me ha costado. Por lo menos lo he intentado, aunque no sé si habré estado a la altura de las circunstancias.
Estas familias saben que cuentan conmigo para lo que necesiten como sacerdote y como amigo.
Dios mio, que fin de semana, cuántas lágrimas se han derramado en nuestro pueblo. Cuántas horas hemos pasado en el tanatorio.
Cuatro entierros en una semana, que se dice pronto.
Dales Señor el descanso eterno, y brille para ellos la luz eterna. Descansen en paz. Amén