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JIMENA: LOS DOMINGOS POR LA TARDE (PESE AL FÚTBOL) NO OS ABANDONO....

Vino una vez uno de la Manga de Huesca y cuando se asomó al balcón del paseo pregunto ¿Y todas las cogeis?. Creo que el cuadro impresiona a los que no las conocen.

LOS DOMINGOS POR LA TARDE (PESE AL FÚTBOL) NO OS ABANDONO.
EL ADVIENTO ESTÁ POR LLEGAR. (Por Luismarín)

El próximo domingo es el primero del Adviento. Según los cristianos, en éste periodo, que comprende las cuatro semanas previas al nacimiento de Jesús, hay que preparar las coronas con ramas de pinos, es el tiempo de pensar en el perdón de nuestros enemigos y dedicarnos a la reflexión. A algunos, involuntariamente (por culpa de Aquiles y su punto débil), momentos para pensar no le van a faltar.

Los más observadores sobre la temática de mis escritos, perciben mis elucubraciones de contenido espiritual y las relaciones que trato de establecer con el “corpus” ideológico de la Iglesia Católica. A todos ellos, les puedo contar, que soy un fiel seguidor de Carl Von Clausewitz, quizás, el filósofo y teórico sobre el “arte de la guerra”, más universalmente conocido. Su frase “la guerra es la continuación de la política por otros medios”, ha pasado a la Historia. Particularmente, me apunto a otra de sus teorías: “la mejor manera para vencer al contendiente es la de estudiar a fondo sus propias ideas”.

Esta tarde otoñal, desde mi terraza, donde estoy escribiendo, añoro los tiempos en que mi madre la había transformado en un jardín colgante de la cercana serranía. El sol, todavía brilla sobre los Cerros de Úbeda y Baeza. Este sol de noviembre que apenas calienta, se le conoce con el nombre del “sol de los membrillos”. Por la mañana, pude contemplar uno de los pocos “membrilleros” que todavía quedan en las huertas que rodean al pueblo. Cómo evitar no acordarse de la película de Víctor Erice “El sol del membrillo”. La paciencia de varios años, en los que Antonio López (el pintor de Tomelloso al que unos clasifican en la tendencia realista europea y otros como representante del hiperrealismo americano), tardó en terminar su cuadro sobre el membrillo de su jardín, fue el material que empleó el director para rellenar toda una larga cinta de celuloide.

Desde Baeza, deslizándose hacia el Guadalquivir, “los caminos que serpean y débilmente blanquean se enturbian y desaparecen” a la caída de la tarde. La torre de la Catedral todavía se distingue entre las escasas luces vespertinas. De esa medio penumbra de mi memoria voy a tratar de rescatar otra de las muchas historias que han ido jalonando mi propia vida.

Este recuerdo va dirigido a mi compañero y “sin embargo amigo”, Sr. ROCKERO. Cómo podrás comprobar, J. Mª, una vez más, no hace falta ser agente doble de la CIA o del KGB, para que te sucedan hechos fuera del alcance de otros mortales. La vida particular de mucha gente, llenaría páginas y páginas de novelas, que se convertirían en auténticos “Bestseller”.

Transcurría el año 1966 por la “ciudad levítica” de Baeza. Utilizando un transporte escolar muy especial (el taxi de Quico el de Juan Rafael con cinco plazas oficiales pero ocho de hecho), asistía a las clases de cuarto de bachiller en el Instituto Público de Enseñanza Media “Santísima Trinidad” de dicha localidad.

Ese mismo año, la figura de D. Antonio Machado, casi velada por la censura franquista, había vuelto a resurgir con fuerza. Para homenajear al “eximio bate” (que impartió clases de francés entre 1912 y 1919 en dicho Instituto), el escultor Pablo Serrano, había esculpido en bronce un busto suyo. La “progresía” de la época, quiso colocarlo en un pedestal, emplazado a tal efecto, en el paraje conocido como “las Murallas” que envuelve a la ciudad por su flanco sur. Las fuerzas represivas del Estado Dictatorial lo impidieron y el busto desapareció durante muchos años. En la prensa internacional el escándalo fue monumental.

Las horas lectivas de las clases estaban repartidas entre mañana y tarde. Por lo tanto, había que comer al mediodía. Dada la escasez de recursos de la mayoría de los alumnos, lo más socorrido era llevar el “condumio” de casa. El recurso a la “fiambrera”, que hoy tristemente vuelve a reaparecer, ya existía en la “noche de los tiempos”. Un bar restaurante (Casa Romualdo), cercano al Instituto nos permitía comer en sus mesas a cambio de realizar una pequeña consumición.

La hija del dueño estaba cursando estudios primarios en el Convento Monasterio de las Agustinas Recoletas (como colegio se cerró en 1979), fundado en el Siglo XVI, por el escribano público D Francisco de Quijada, su hermana y su esposa Isabel de Vilches. Ese mismo año, la niña tenía que hacer su Primera Comunión. El padre, para poder invitar a la celebración a las monjas-profesoras y catequistas, propuso a la madre superiora que el evento se celebrara en el interior del monasterio. Al ser el convento de clausura, se propuso que los invitados seglares permanecerían a un lado de la reja que existía en la Capilla y las monjas en el otro lado.

La superiora solicitó al padre que eligiera a un niño para ayudar como camarero en la parte de acceso prohibido a los seglares. Yo tenía por entonces 13 años y era un “medio rubito de bonitos ojos azules y media melenita”, bien parecido decían algunas de mis amigas. Además tenía pinta de no haber roto un plato en mi vida. Junto a otros, nos presentaron ante la Superiora y ésta, desde el otro lado de la reja me eligió a mí. Así que en plena adolescencia iba a tener el “privilegio” de entrar en un convento femenino de clausura. Pocos de los lectores habrán tenido esa experiencia.

Aquel domingo de mayo, antes de que comenzara la Misa, me presenté en la puerta trasera del convento. Iba como copiloto en el único “motocarro” que había en Baeza. Llevábamos las cajas con la comida y los refrescos para el ágape. Mi cometido era repartir todo ello, así como platos y vasos, en la alargada mesa ubicada en el lado “celestial” de la reja.
La madre abadesa encomendó que me ayudara en la labor a una joven novicia de 16 años que estaba a la espera de "tomar" los hábitos. Aunque, teóricamente, no podíamos hablar, pronto me contó que iba a ingresar en la orden con el nombre de Sor ESPINA, en alusión a la corona de Jesús en el Calvario.
Con el “trajineo” de platos, cubiertos, vasos y refrescos, la cabeza le quedó al descubierto y pude ver mejor su bonita cara enmarcada por un vistoso cabello “cobrizo” cortado a trasquilones. Cuando años después vi a Silvia Kristel en “Enmanuelle”, su esbelta figura me recordó a la bella novicia (las mentes calenturientas que se olviden de la escena del sillón de mimbre con la revista de Paul Newman).

Lejos de los oídos indiscretos de las otras hermanas, hablamos de muchas cosas. Le pregunté si conocía los poemas del Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz y aproveche para recitarle alguno:

“De flores y esmeraldas, en las frescas mañanas escogidas, haremos las guirnaldas con tu amor florecido y en un cabello mío entretejido…”.

Ella, me sorprendió utilizando versos de Sta. Teresa de Jesús de su composición “Vuestra soy”:

“Si queréis que esté holgando. Quiero por amor holgar. Si me mandáis trabajar, morir quiero trabajando. Decid ¿Dónde, cómo y cuándo? ¡Decid, dulce Amor, decid! ¿Qué mandáis hacer de mí?.

La mañana se me pasó volando y durante una temporada, como cantaría el insigne profesor: “en el corazón tuve clavada, la ESPINA de una pasión, logré arrancármela un día y ya no siento el corazón”.

Pero a esas edades, los amores y amoríos se suceden rápidamente y se olvidan unos por otros.

Sin embargo nunca olvidaré el triste final de mi maestro D. Antonio. Sus últimos días en aquella “fonda de medio pelo” de Colliure. Muriendo en la indigencia, en la misma cama que compartía con su madre Ana. Ella sólo le sobreviviría unas horas. En un bolsillo de su “ajado” traje le encontraron un papel arrugado. Tan arrugado, como “arrugada” había sido su vida entre julio de 1936 y febrero de 1939. En aquel viejo trozo de papel, nos había dejado su último verso:

“ESTOS DIAS AZULES Y ESTE SOL DE LA INFANCIA…”.

Saludos y hasta otra,
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Bueno, ya puedo descansar, que no en paz, hoy.

Cuan huerfanos de alimento espiritual nos tenias, tito Luis, despues de un mal fin de semana, perdió mi equipo blanco..... el valencia, ayer estaba el día triste, hoy está llovizneando, se mueren de una tacá, Tony Leblanc y Juan Carlos Calderón, al rey lo intervienen, ya se me ha olvidado la cantidad de veces este tio nos va a sobrevivir a todos, porque todo dentro de el es nuevo, Alonso se queda segundo, total por tres puntitos de nada........... ... (ver texto completo)
Siempre te consideré un don Juan, lo que no entiendo es ¿por qué y donde dejaste la espada?
Hola: un saludo para todos.
Que precioso el escrito de mi hermano... verdad?
Un abrazo especial para Dolores.
¡Vaya, Luis: me has conmovido!
Quizás con ésta, más que con las otras entregas, por eso de la cercanía, de Baeza, de D. Antonio, de que el rockero se llame más o menos como yo… en fin; que nos has suavizado el áspero lunes, y, ya nos tienes en ascuas esperando a la próxima publicación de la serie.
No recordaba yo que hubieras mencionado este episodio cuasi, cuasi,… pervertidor de novicias. Pero, bueno: trece años, los ojitos claros y la melenilla rubia: así, cualquiera ¿eh?.
La imagen de lo que ... (ver texto completo)
que bonito!
A mi me produce una gran tristeza como murió D. Antonio.
Un saludo.
Y gracias por contarnos tus recuerdos.
Un saludo.