Buenas, tardes al que esté comido y buenos días al que no, está claro, no?.
Ayer estuve con la nena en la feria de la bicicleta de Madrid, la vistica la cantidad de que gente que había, hablan de doscientos mil ciclistas, y yo, que no lo soy, es que es muy duro, había gente de todas las edades con bicicletas de todas las formas imaginables, coño si hasta vi a un tipo que iba corriendo y empujando a una niña con bicicleta, le pedí que en una cuesta de empujara un poquito pero se negó, desagradecido.
Yo empecé la carrera muy mal, pero mejor de cómo la terminé, y es que no se que le pasó al sillín de la bici, pero cuando fui a cogerla no lo tenía, como se lo había prometido a mi hija cualquiera le decía que no íbamos, así que me hice el recorrido sin sillín, menos mal que el tubo era finito y mal que bien lo pude aguantar.
Vimos algún que otro cepazo, que hostias mas tontas se daba la gente madre mía, es complicado conducir con tanta gente, pero nos lo pasamos de muerte.
Lo peor de la carrera fue el final, y es que desde hace unos años terminamos la carrera comiéndonos un bocata de calamares en el Brillante de Atocha, como nos pilla de camino a casa y luego es cuesta a bajo, el bocata para morirse, veinte centímetros de pan lleno de los mejores calamares del mundo mundial, si veinte centímetros que yo esa medida la tengo cogida, y una jarra de cerveza, me costó horrores comérmelo, y es que me dolían mucho las manos, de aguantar mi peso sobre el manillar no veáis..
Luego como ya os he dicho cuesta abajo a casa, como los guardias a las bicis no nos hacen control de alcoholemia no hay peligro, pero eso si hecho polvo, que cansancio madre.
Visto como terminó la cosa me he prometido a mi mismo que esto no puede ser, hacer estas barbaridades de higos a brevas, está muy mal, acabo hecho polvo y todo dolorido, así que a partir de ahora por lo menos una vez en semana, o dos si puedo, me voy a ir a comerme un bocata de calamares, con su jarra de cerveza correspondiente.
Pedro, el rojo, me imagino hoy lo entendereis.
Ayer estuve con la nena en la feria de la bicicleta de Madrid, la vistica la cantidad de que gente que había, hablan de doscientos mil ciclistas, y yo, que no lo soy, es que es muy duro, había gente de todas las edades con bicicletas de todas las formas imaginables, coño si hasta vi a un tipo que iba corriendo y empujando a una niña con bicicleta, le pedí que en una cuesta de empujara un poquito pero se negó, desagradecido.
Yo empecé la carrera muy mal, pero mejor de cómo la terminé, y es que no se que le pasó al sillín de la bici, pero cuando fui a cogerla no lo tenía, como se lo había prometido a mi hija cualquiera le decía que no íbamos, así que me hice el recorrido sin sillín, menos mal que el tubo era finito y mal que bien lo pude aguantar.
Vimos algún que otro cepazo, que hostias mas tontas se daba la gente madre mía, es complicado conducir con tanta gente, pero nos lo pasamos de muerte.
Lo peor de la carrera fue el final, y es que desde hace unos años terminamos la carrera comiéndonos un bocata de calamares en el Brillante de Atocha, como nos pilla de camino a casa y luego es cuesta a bajo, el bocata para morirse, veinte centímetros de pan lleno de los mejores calamares del mundo mundial, si veinte centímetros que yo esa medida la tengo cogida, y una jarra de cerveza, me costó horrores comérmelo, y es que me dolían mucho las manos, de aguantar mi peso sobre el manillar no veáis..
Luego como ya os he dicho cuesta abajo a casa, como los guardias a las bicis no nos hacen control de alcoholemia no hay peligro, pero eso si hecho polvo, que cansancio madre.
Visto como terminó la cosa me he prometido a mi mismo que esto no puede ser, hacer estas barbaridades de higos a brevas, está muy mal, acabo hecho polvo y todo dolorido, así que a partir de ahora por lo menos una vez en semana, o dos si puedo, me voy a ir a comerme un bocata de calamares, con su jarra de cerveza correspondiente.
Pedro, el rojo, me imagino hoy lo entendereis.