JIMENA: Cosa de Mi Pueblo....

Cosa de Mi Pueblo.
1º Capitulo.
Hoy voy a relatar aquellas Ferias y Fiestas de los primeros años 60 vividas por muchos de los muchachos de nuestro Pueblo.
Creo que hay que empezar a la hora de hablar de la Fiesta de Mi Pueblo por aquel verano de agosto cuando la Madre ya preparaba la ropa que estrenaríamos el día 7 de Septiembre.
Recuerdo aquel año estaba de moda una especie de seriana o blusón de tergal de rayas verticales que se llevaba supongo por aquel tiempo, me llevo Mi Madre a casa de Ana la de Brenco para tomarme medidas y acordar que debería estar echa para el día 7.
Y recordando a la seriana en este momento me viene a la cabeza aquellas alpargatas de suela de cáñamo con una goma en el centro amarilla y que tanto éxito tenían entre la juventud masculina de nuestro Pueblo creo que de alguna manera eran parte del vestuario de cualquier mocico en aquellos anocheceres del verano.
Volvemos a la Feria y hay otra de las cosas que mas recuerdo de ese día 7 a la mañana, me refiero a la feria de ganao que se hacia en el molino del Pan, os acordáis, allí podíamos ver desde los mejores ejemplares de animales: Vacas, Carneros, Caballos Mulos Borricos Gallos Perros Cabras Borregos, cestas de fruta muy bien adornadas en fin era una mañana llena de alegría sonrisas saludos y armonía como dicen ahora los políticos si había problemas se aparcaban hasta el día 11.
De todo aquello recuerdo dos cosas que me impactaron un Señor con un hermoso Caballo ataviado para la ocasión con traje campero y que decían que cortejaba a una guapa modista del Pueblo, creo que tenia de apodo Poca Pena o algo similar.
La otra el borrego que presento el amigo de Mi Padre Juanillo el “mecánico” que era como un borrico de grande, además algún trozo comí de este animal, puesto que lo mato para su boda y fui invitado con Mi Padre seguramente habría albóndigas para un par de días.
Que principio de mes cuando en la Plaza Gines y Pedro comenzaban el trabajo laborioso de adornar de bombillas nuestro mítico pilar en cuyo perímetro se colocaban varios carritos con turrón, dulces de cabello de ángel peras en almíbar, almendras garapiñadas etc que se nos iban los ojos.
Los heladeros de Jimena con sus camisas blanca y su mandiles, Manolo el de Paula con su helado de mantecado y su horchata de almendra ¿Alguna vez habéis podido volver a beber horchata como aquella? Yo No. Jeromo y Martina con su simpatía y Molinilla con su gorro y la frase que hizo tan famosa ¡Con copete y cucharilla que lo vende Molinilla!
Y como no, acordarnos de aquellos hombres de Torredelcampo que casi eran como de la familia pues conocían a muchos por el nombre que venían con sus cestillas llenas mitad de garbanzos tostaos y la otra mitad de camarones con los cucuruchos de papel de estraza, preparados en una esquina de la cesta, paseando carrera arriba carrera abajo todas las tabernas de la misma llenas de paisanos y alguna paisanas, era una sociedad dominada por los hombres de la época y no estaba bien visto que las mujeres fueran a los bares no recuerdo ver a Mi Abuela o a Mi Madre en aquellos tiempos subir. Como mucho al castillo o a la procesión y es que el luto siempre era un pretexto para no salir y ¿Donde no había luto entonces? Eso si las clases medias, los novios y los mas pudientes si lo hacían sobre todo en la verbenas.
Si tengo que recordar otro momento de aquellos para un niño como Yo lo era, es la Tómbola de Don Manuel el cura, como nos quedábamos embelesaos mirando cuando se oía por aquellos dos altavoces color gris que ponían a cada lado del quiosco de la música y anunciaban que a fulano le había tocao no se que premio, que casi siempre era también a los mas pudientes y quizá a los mocicos de la época que estaban novios por aquello de impresionar un poco aquella muchacha de la que estaban enamorado.
También como niño que lo viví un homenaje a la aquella cucaña que por primera vez saco El Inspector Amador para deleite de los muchachos joe nene que esportazos nos pegábamos, me acuerdo que a finales de agosto un día estábamos en la plaza jugando hacia el mediodía Martín el de Gabriela la peinadora y Yo y nos llamo Amador para que fuéramos a probarla, la estaba haciendo dentro de lo que hoy es el centro de Salud y aquello lo veíamos comp licao para poder coger una peseta de aquellas de papel, pero bien que se intento y seguro que cojimos mas de una, aunque casi siempre los mas espabilaos se llevaban casi toas los había que se deslizaban como las vichas.
Como nos vamos a recordar el olor a las tapas cuando entrabas a casa de Manolito o a casa de periquito el de Magdalena a ver si estaban los Padres y los Agüelos ligando y pillábamos una tapilla de aquellos platillos de tajas guisas que sabían a gloria bendita por cierto cocina tradicional no tanta chumina como hay ahora, y las gambillas que bigotes tenían y que chupetones le arreábamos a las cabezas, no se tiraba na, y si nos íbamos a la tapa de alcaparrones, de aceitunas largas, a la sangre con tomate o la saura que ilusionante era todo aquello para un muchachejos@ de entonces y que pocas depresiones nos originaba aquella sociedad, a pesar de no tener los caprichos de la de hoy.
Pues como estamos de jalupia por que no recordar en esas fechas festivas nuestros clásicos guisos y aquí el ilustre arroz con conejo denominación de origen de nuestro querido Pueblo, que ya tempranito a la mañana habías visto al Padre y la Madre darle detrás de la orejas y esollarlo era el guiso por excelencia de los días importantes y claro no podía faltar para postre una buena taja de melón de los que olían antes de que llegaran los cargueros a Jimena, porque los que hay hoy ya puedes meter la nariz dentro que a lo único que saben la mayoría es a pepino.
¿Echábamos la siesta, o no era el momento de perder el tiempo durmiendo? La verdad que no me acuerdo, había que ir por la Virgen en romería y ver las carrozas pocas pero echas como mucho gusto, a los caballeros con los caballos, algún borrico bien apañao para la romería, en fin era un momento único durante aquel año, esperado con toda ilusión y vivido intensamente, antes de bajar la Virgen podíamos escuchar la música en el quiosco de Canava al lado del pilar de los siete caños, que gran banda como nos deleitaban con aquellos pasodobles marchas y demás piezas, con que atención escuchaban nuestros mayores, nosotros los que nos gustaba les teníamos la partitura con las manos para que no se la llevara el aire y así llegaba el momento de sacar la Virgen y tocar el himno nacional que ponía los pelos de punta o carne de gallina.
Acompañábamos a la Virgen en procesión, recordaremos como Mis primos Luis o Martín Ocaña nos echaban aquellas ruedas voladoras que emocionante no se como algún dedo no se fue detrás de algún cohete o rueda y llegaba el momento mágico, la entrada a la plaza donde le echaba Amador aquella rueda de colores, donde al final salía su Imagen y vuelvo a pronunciar el nombre de Amador Ilustre Jimenato, manitas donde los hubiere que tantos momentos de alegría nos daba con sus cucañas cohetes y el esperado Castillo y como colofón los tóricos de fuego decían que lo había aprendido en Pamplona en sus visitas a sus familiares, ahora estas cosas han cambiado y dicen los entendidos que por seguridad, pues mira por donde entonces no pasaba nada gordo y ahora tenemos una mancha en el ropaje como decía Napoleón cuando le calentaron en la batalla de Bailen me refiero a la desgraciada muerte de nuestro querido paisano Diego q. e. p. d.
Bueno pues así iba pasando quizá el día más importante de las Ferias y Fiestas de Mi querida Jimena.
M. Nieto de M. Rasca

Felices Fiestas Paisanos y Paisanas


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