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JIMENA: Buenos días a tod@s, en estos días, ya superadas las...

Buenos días a tod@s, en estos días, ya superadas las elecciones con nota, es cuando empezaremos a ver si las palabras, las promesas y las buenas intenciones, se llevan a cabo o “ se las lleva el viento”, a propósito os voy a contar una historia, historieta diría Larrafffa, real como la vida misma.

Recordareis que en al año 1992, bueno el que hubiese nacido, se celebro en Barcelona la Olimpiada, pues bien para allí que me mandaron, a trabajar claro no a competir, yo pedí, voluntariamente, la gimnasia rítmica, ya sabéis de las chicas, pero me dijeron que nanay, y me mandaron al Boxeo, en el antiguo pabellón del Badalona.
A mi, sinceramente, el boxeo, como deporte no me gusta, a lo mejor para defenderme, aunque lo mejor es correr mas que el otro, así que me aburría como una ostra, me salí al exterior de la instalación y allí pase la mayoría del tiempo, pues de repente, conforme avanzaba el campeonato, empezaron a llegar personalidades de todo tipo, los de la NBA, Jordan, Pipen, Magic Jonson, Larry, Bird, actores, Stallone, antiguos boxeadores, Foreman, politicos, yo pensé algo me estoy perdiendo, resulta que todos iban a ver a los cubanos boxear, al principio me costo pero luego era un espectáculo verlos, la de tortas que daban los tíos, no se quedaban con ninguna para ellos, además tenían una clase, parecían que estaban bailando, el otro corría por el ring todo lo que podía, ganaron la mayoría de las medallas de oro.
Pues entre los boxeadores cubanos, cuando se iban de las instalaciones algunas veces charlaba con ellos, sobre todo conocí a dos de ellos, uno era alto, de dos metros, delgadito, y siempre iba rodeado por niños, el pabellón se encuentra en medio de la ciudad, a alguno lo llevaba en los hombros, este boxeador era Felix Savon, por supuesto ganó la medalla de oro en su peso, siempre iba sonriente con los niños.
El otro era bajito, menudo, peso pluma, también ganó el oro, se llamaba Joel Casamayor, los dos eran de Guantánamo, ¿os suena verdad?, este se acercaba mas a mi a charlar, sabéis que la moda en la olimpiada eran los pins, eso que se pinchaba en el dedo y luego en la chaqueta, pues una vez vi que Joel llevaba un pin con la bandera de Cuba, y le dije que me lo regalara, o me lo vendiera, el me miro de abajo a arriba, ya os he dicho que era bajito, y me dijo muy serio:” LA BANDERA DE UN PAIS NO SE VENDE NI SE REGALA” después de pedirle perdón me fui, no fuera a darme algo de lo suyo.

Hace unos meses me acorde y metí los nombres en el San Google de Larrafffa, y oh que sorpresa me llevé, una agradable, Felix Savon ganó el oro en las olimpiadas de Barcelona, Atlanta y Sydney, los americanos andaban como locos para llevarselo a pelear de forma profesional pero este SEÑOR, con mayúsculas, les contestaba lo siguiente:

“El dinero no me interesa, porque no lo es todo en la vida. Me gusta, no lo niego, pero más me satisface boxear para representar a mi país, a mi patria y a mis hijos. A veces los que ceden a estas ofertas se hacen millonarios, pero no son felices y nunca lo serán, porque viven lejos de su casa, de su país y no tienen a nadie que los ame. Yo, en Cuba, soy millonario de amor".

Yo sé que Cuba es un país pobre, pero me siento bien con el cariño de mi pueblo al que no puedo defraudar... Yo me conformo con ganar mundiales y olimpíadas. No me interesa el profesionalismo, porque además considero que los boxeadores son explotados y dañados en su salud. Hay demasiada comercialización. Yo adoro el boxeo, el deporte y mi país.”

Felix Savón hoy vive en una casa del barrio Fontanar, al norte de La Habana, junto a su esposa María y sus hijos Félix Ignacio, Félix Mario, María Félix, Félix Félix y Draysel, al último la mujer decidió que no se llamara también Felix porque cada vez que los llamba o iban todos o no acudía ninguno, con quienes se esfuerza por mantener una vida humilde basada en una convivencia familiar, dedicando sus horas de ocio en la crianza de sus hijos.

Del otro, Joel Casamayor, el que no vendía la bandera de su país, leí que aprovechando que las olimpiadas de 1996 eran en Atlanta, EEUU, estando concentrados en México deserto y se fue a los Estados Unidos, donde se hizo boxeador profesional en Cuba dejó a su familia, su novia y una hija a los que no volvió a ver mas.
Este fue campeón del mundo en varios pesos y actualmente esta, como la mayoría de los boxeadores, con problemas económicos.

Ya veis que una cosa es hablar y otra hacer, son mejores los buenos hechos que las buenas palabritas, que estas se las lleva el viento.
Salud.
Pedro.