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JIMENA: Realmente ha sido: ¡UN FINAL DE TEMPORADA PARA NO OLVIDAR!....

Lo conseguisteis sacar de ahí?

Te la voy a contar la "odisea" entera, no tiene desperdiciopero si tiene "miga".
Era el último día de aceituna, por tanto no queriamos pasar fatigas, sin embargo no hubo consenso en los componentes de la casa para elegir el día, ya que Paco se tenía que quedar a estudiar y entonces el tajo se rompía, al faltar un número podía venir la tarea larga y no era el sitio ideal para tener que repetir, ya que a éste olivar había que ir por los kilos que tuviera, pero todos tenían que salir de una vez, sin embargo prevaleció la opinión "por imperativo legal de la dueña", había que ir ayer a la aceituna, el día, aún con un helazo de órdago, estaba explayado, el único peligro era el camino, como luego pudimos comprobar com mas trampas que un campo de "minas" en Afganistan.
Los componentes de la expedición fuimos, Luisa, Luis y yo, por supuesto Duque era el guía de la expedición.
Los tres en el Land Rover, pasamos por la Plaza, y en el reloj marcaba las 9,30 horas, no teniamos prisa, ibamos con el cuerpo hecho a venirnos cuando terminásemos, aunque fuera con las luces encendidas.
Yendo por el paseo, a la altura de donde vive Salvador "Marchamalo" se nos cruzó un gato "negro", tan grande como una pantera, a mi se me ocurrió el comentario de "si fuesemos supersticiosos nos volviamos", Luisa ni caso, mi Luis me miró y se sonrió.
Para llegar al olivar hay una cuesta llamada de "la Cantera de Pito Barro" (ya hay una forera con las orejas empinás) que la bajamos despacio, con talento y aunque un poco tensos, llegamos a nuestro destino bien.
Cuando llegamos a las olivas, aquello estaba divino para echar un día de aceituna, no había barro, se "vareaban" muy bien, dado la altura de las olivas", y, luego se barrian aún mejor, todo cundía, por tanto nada que objetar al famoso día de aceituna, parecía que por ser el último no nos ibamos a despedir malamente, aquí aparecen una especie de comentarios con "sorna" de la promotora de la expedición, por tanto "chitón".
Faltaban trece olivas por terminar, llevabamos veintiuna, entonces se me ocurre que, aún pudiendo llevarnos toda la aceituna en un viaje, dado que el remolque es grande, pensé en la cuesta y decidimos, entonces si hubo consenso, dar un primer viaje con la mitad, el chófer era yo.
Nunca deben de dudar las personas cuando han tomado una decisión y aquí estuvo mi error, enfilé la cuesta, pero nada mas al principio ví unas rodadas que había hecho Antoñuelo con su tractorcillo, y que me había recomendado como camino alternativo, giré hacia la derecha, pero entonces perdí la referencia del remolque, eso me hizo que se metiera la rueda ahí, de haber seguido derecho no se lo que hubiese ocurrido, a lo mejor había otra trampa mas arriba, ¿pero?.
Solución, llamar a Cristo "Polilla" para que nos sacara con su tractor, nos dijo que de momento estaba dando una par de viajes, pero que no nos preocupasemos que aunque fuera de madrugada iba por nosotros.
Decidimos seguir, vareando y recogiendo el resto que nos quedaba, la aceituna la echabamos en un "mantón" toda hecha un montón, para poderla pasar a "las mantillas" que traerían en el tractor y con estas, una vez fuera de peligro el Land Rover, pasada la cuesta, terminar de cargar el remolque y para casa.
Pues bien en el rato de espera, como había "oreado" un poco la tierra, me monté en el coche y con un golpe de experiencia y un poquito de suerte saqué el remolque del hoyo, pero todavía no pude salvar con el coche el lomo al que está dirigido en la foto, arriba le patinaban las ruedas, se había quedado en una situación que para el tractor iba a ser muy dificil engancharnos para estirar, con buen criterio mi Luis propuso rellenar el hoyo con piedras y támaras para echar para atrás y llevar, tanto el coche como el remolque, un poco mas abajo que estaba todo seco y había espacio para la maniobra del tractor, sin embargo la oliva que queda a la derecha del coche nos nos dejaba, rompía el espejo y puede que algo mas, con mil fatigas y estirando de sus ramas yo, conseguimos salvarla para atrás, pero la trampa la teniamos en la que aparece en la parte superior de la foto, cuando se dejó caer el coche se empotró en ella, rompimos un cristal, le hicimos una abolladura y rompimos la chapa, pero nos llevamos al final la "costera" de la oliva y quedamos libres, los costes todavía no están evaludados, ¡todo depende!
Por fín, a las seis treinta de la tarde llega el tractor salvador, efectivamente, tirando nos sube a "palo gallinero", dejamos el coche y nos bajamos con él por la aceituna que quedaba, con destreza, tanto el tractorista como Luis están muy acostumbrados a las mantillas, cargamos y nos subimos, se terminó de cargar el remolque y toda la aceituna vino, habíamos echado el último día, eran las siete treinta de la tarde, y todo el trabajo para no llegar a los mil kilos, ¡enfin, hasta el año que viene!
¡ah, suerte tuvo el gato de no volverse a cruzar en la vuelta!.

Realmente ha sido: ¡UN FINAL DE TEMPORADA PARA NO OLVIDAR!. Bueno, en serio, gracias a Dios no les sucedió nada a ninguno de la "cuadrilla", pero ya sabes, cuando veas un gato negro... ¡no lo vayas a disecar!, solo tienes que observar si se cruza hacia tu derecha o hacia tu izquierda..., tiene significado distinto