Sabes Mariano, al hablar de
castañas inmediatamente lo relaciono con el día de los
Santos, pues recuerdo ir comiendo castañas calientes, mientras bajábamos caminando al
cementerio, por cierto, casi siempre esa era la fecha también, que si íbamos a estrenar abrigo (no todos los años se estrenaba), ese era el día que nos lo poníamos y nos metíamos las castañas calientes en los bolsillos. Te parecerá increible, pero yo recuerdo aquella visita al cementerio y me llega el olor a la pintura (que casi siempre
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