Deshojar un recuerdo se convierte
en un trabajo lleno de rocio,
como un campo de lirios y cerezos
donde me vieras sin estar contigo.
Dócilmente te tiendes a mi lado,
extiendes tu cabello, abres el lino
interiores de concha y amaranto:
el alba fija tus contornos tibios.
Yo repaso el silencio suavemente,
fluyen las horas, y su claro signo
ponemos un común astro de besos,
y damos los recuerdos al olvido.
Todo lo que anhelé, tú me lo has dado,
todo lo que vivi, por ti está vivo;
lo que no fuiste tú, sombra es de un sueño
y no esta flor quemándose en tu brillo.
Tus alas puras lo tocaron todo
y aún vuelas en mi gesto pensativo.
Oh, no levantes más recuerdos yertos.
Déjame en ti gozosamente hundido.
ANTONIO CARVAJAL
en un trabajo lleno de rocio,
como un campo de lirios y cerezos
donde me vieras sin estar contigo.
Dócilmente te tiendes a mi lado,
extiendes tu cabello, abres el lino
interiores de concha y amaranto:
el alba fija tus contornos tibios.
Yo repaso el silencio suavemente,
fluyen las horas, y su claro signo
ponemos un común astro de besos,
y damos los recuerdos al olvido.
Todo lo que anhelé, tú me lo has dado,
todo lo que vivi, por ti está vivo;
lo que no fuiste tú, sombra es de un sueño
y no esta flor quemándose en tu brillo.
Tus alas puras lo tocaron todo
y aún vuelas en mi gesto pensativo.
Oh, no levantes más recuerdos yertos.
Déjame en ti gozosamente hundido.
ANTONIO CARVAJAL