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JIMENA: DON QUIJOTE CABALGA POR SIERRA MÁGINA...

DON QUIJOTE CABALGA POR SIERRA MÁGINA
Manuel López Pegalajar

De allí, siguiendo su peregrinación maginense, se encaminaron a Jimena.
En dos jornadas se aproximaron a esta villa muy famosa por sus aguas, sus brevas, y
sus huertas. Sin olvidarnos de la advocación de Nuestra Señora de los Remedios, en su
santuario de Cánava que apareció un año antes de la llegada de nuestros ilustres viajeros
por las tierras de Sierra Mágina.
El único resto destacable del castillo de Jimena es su torre del homenaje. Algunos vestigios
de muros muy tapados por el caserío parecen datar de principios del s. XIV. Esta
construida de mampostería regular, con cadenas esquineras de sillarejo.
El 8 de septiembre es la fiesta de la patrona de Ntra Sra. de los Remedios. El día 7 por la
tarde se trasladan al santuario de Cánava el clero parroquial, autoridad y cofradía acompañados
por el vecindario y músicos. A continuación tiene lugar la romería por el camino
viejo de herradura hasta la parroquia, con la imagen de la patrona, donde se celebran las
vísperas y misa
Aprovecharon la festividad para sumarse al consumo de la pepitoria de gallina que
con motivo de las fiestas se preparó en el mesón. Este plato elaborado con carne de gallina,
vino blanco, almendras, pimienta, azafrán, ajo, cebolla, agua y aceite de oliva se degustaba
en las grandes celebraciones de Jimena, aunque este plato está extendiendo por toda la
comarca.
Contraluz. Asociación Cultural Cerdá y Rico. Cabra del Santo Cristo
Pasaron la tarde en el bosquecillo de Cánava, a la sombra de los árboles y con la frescura
de la fuente que mana cerca de la ermita de Cánava. Acariciados por el viento y el trinar
de la infinidad de pájaros que se dan cita en las ramas de la floresta.
Al día siguiente tiene lugar por las calles de la villa la procesión con la imagen de la
patrona, con su fiesta de iglesia correspondiente.
Don Quijote encomendó a Nuestra Señora de los Remedios todas las aventuras y el
amor de su ensoñada Dulcinea. Con su lanza en astillero depositó a los pies de la imagen de
María una corona de laurel trenzada por Sancho la tarde anterior mientras se regocijaban en
el paraje de Cánava.
Ya en el mesón, Don Quijote degustó unas habas con tomate regadas con vino de
Pegalajar y unos picatostes con leche de postre que hicieron las delicias de Sancho, que de
tanto ir y venir por la villa había despertado su apetito.
Ya en la alcoba, se dieron a un profundo y reparador sueño.
Es copia del I certaman de relatos "VILLA DE CABRA DEL SANTO CRISTO"
Salu2.
Manolo"CAYETANO"