Hueseño que importa quienes seamos, yo creo que aquí entramos los que estamos fuera y nos acordamos de nuestro pueblo, los recuerdos de aquellos años perdurarán para siempre.
¡Ay! el río, cuando cruzábamos por la mañana el vado y cuando te dabas cuenta te llegaba el agua por la cintura, toda la mañana chorreando cerro arriba cerro abajo y luego de vuelta a casa con la talega unas veces llena otras medio vacía, te tirabas al río y parecía que te lo tenías que acabar de la sed que tenías.
A la tarde ... (ver texto completo)
¡Ay! el río, cuando cruzábamos por la mañana el vado y cuando te dabas cuenta te llegaba el agua por la cintura, toda la mañana chorreando cerro arriba cerro abajo y luego de vuelta a casa con la talega unas veces llena otras medio vacía, te tirabas al río y parecía que te lo tenías que acabar de la sed que tenías.
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