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FRAILES: Leyendo como sacáis pecho, por la vivencia del esperpento...

Leyendo como sacáis pecho, por la vivencia del esperpento en cuestión, me he animado a relataros, donde y como la viví yo, allá en la base militar Iraquí, donde me encontraba sin información regular del hecho, que si aquí duro un día allí fue una semana.
Recuerdo que a media mañana se me acerca un soldado de la base, que ya era amigo mío, pero que nos entendíamos en iraní, que no era ni su idioma ni el mío, que yo lo hablaba mejor que el, por haber estado en Irán tres años y en fin que con aquel galimatías, entendí lo que entendí, que en el congreso de España habían entrado pegando tiros, que no sabía quién, que no eran los militares, que tampoco era la eta. Las vueltas que yo le di, que les dimos los diez que estábamos allí, a 60º en un desierto, a 5000 k. de la familia, sin poder comunicar porque los teléfonos estaban saturados. Cada uno a su impotencia y desesperación, sumando la del grupo, que por querer hacer una piña, cuando uno se calmaba, el otro se derrumbaba contagiando a los demás y así pasamos una semana, sufriendo esa impotencia, que da el no saber ni poder hacer nada, hasta que el correo llego con todas las grabaciones de lo que aquí el 23 de febrero de 1981 paso.
Así es que ya sabéis, donde otro Frailero sintió, vergüenza ajena por lo que Tejero intento