Como he oído a la gente de la edad de mis padres hablar de la fonda de la Pilar y la fonda del Bonito, pensaba que habrían coincidido en el tiempo. No sé por dentro, pero por fuera tiene el mismo aspecto que tenía cuando yo era un niño la posada del Pellejero, padre de mi vecina Juana la de los pollos, viuda de Juanín el albañil. Buenas tertulias a la fresca se forman en su puerta.
Pues a lo mejor coincidieron, pero yo no llegué a verlo.