“Fui el portero de un
colegio donde nunca me dejaron entrar a estudiar… hoy tengo mi propia
escuela para adultos que fueron rechazados.”
Pasaba los días abriendo la
puerta de un colegio privado. Uniformes limpios, mochilas caras, autos de lujo. Yo saludaba con respeto. Nadie me devolvía el saludo. Una vez un niño me dijo: “ ¿Tú eres bruto por eso no estudias, cierto?” Lo miré y sonreí, pero por dentro me tragué una rabia que venía desde la infancia. Nunca pude estudiar. Me sacaron en tercero porque
... (ver texto completo)