ANTONIO ESCUDERO: Tanto Castilleja como tú os quejáis del funcionamiento de Internet ayer tarde. Me sumo a vuestra queja, porque anoche pretendí entrar en varias páginas y después de esperar más de lo normal, me salía el consabido mensaje de que no estaba disponible. Es más, esta mañana, a primera hora, un locutor de radio también se quejaba de no poder contactar con sus compañeros de otros puntos de España.
EMIGRAO: Cuando he leído el nombre Simón PEREZ, no he podido evitar recordar al Presidente de Israel. El segundo apellido, Volante, me suena a cerreño. ¿No se apellida así el de la ITV de Tharsis? Simple curiosidad.
No sé si te han desaparecido los dolores, pero el buen humor lo conservas. Eso es buena señal. No queda más remedio que esperar al día 30. ¡Mira que si para entonces te han desaparecido todas las molestias! Mejor sería, pero vendría a demostrar que estas esperas no tendrían que producirse, pues de ser grave, llegaría con retraso el diagnóstico, y por supuesto, el agravamiento del mal. En todas partes cuecen habas.
ISAMARÍA: Esos panes de los que hablas con nuestro amigo Emigrao, duraban comestibles más de una semana. Entoces había mucha gente que cocía en casa o en los cortijos. Se prestaban la llamada liuda, para hacer fermentar las encimas del pan. Si alguno se ponía algo duro, para eso estaba el gazpacho, para aprovecharlo.
Nuestro amigo SANTABARBERO sigue sin desvelarnos algún secreto sobre este exquisito alimento.
Vale por hoy. Saludos y Agur.
EMIGRAO: Cuando he leído el nombre Simón PEREZ, no he podido evitar recordar al Presidente de Israel. El segundo apellido, Volante, me suena a cerreño. ¿No se apellida así el de la ITV de Tharsis? Simple curiosidad.
No sé si te han desaparecido los dolores, pero el buen humor lo conservas. Eso es buena señal. No queda más remedio que esperar al día 30. ¡Mira que si para entonces te han desaparecido todas las molestias! Mejor sería, pero vendría a demostrar que estas esperas no tendrían que producirse, pues de ser grave, llegaría con retraso el diagnóstico, y por supuesto, el agravamiento del mal. En todas partes cuecen habas.
ISAMARÍA: Esos panes de los que hablas con nuestro amigo Emigrao, duraban comestibles más de una semana. Entoces había mucha gente que cocía en casa o en los cortijos. Se prestaban la llamada liuda, para hacer fermentar las encimas del pan. Si alguno se ponía algo duro, para eso estaba el gazpacho, para aprovecharlo.
Nuestro amigo SANTABARBERO sigue sin desvelarnos algún secreto sobre este exquisito alimento.
Vale por hoy. Saludos y Agur.
