Señores, yo respeto a todo el mundo que a mi me respete: nuestra libertad acaba donde empieza la de otros... Eso dicen.
Solo pido, de verdad, a ver si somos de nuestra
Cruz solamente y no "anti de la otra" porque en nuestro
pueblo parece que se son dos cosas. Ello fomenta el pique, sí, que hasta cierto punto es bueno, pero insulta a gente que convive dia a día con nosotros, desde un vecino, uno de la
tienda, a nuestra pareja.
¿Si suponemos que respetamos a las personas, las queremos, somos
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