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EL CERRO DE ANDEVALO: SEVE: Esta mañana se me ha olvidado comentarte lo referente...

SEVE: Esta mañana se me ha olvidado comentarte lo referente a las rotondas o glorietas de El Cerro (Más que rotondas son galletas maría por lo reducidas)
Hay dos. Una está a la entrada, viniendo de Tamujoso. Está en la embocadura de la calle La Vega, y puedes dirigirte hacia Valdelamusa, o por la variante del cabezo La Horca, a Rubias y San Telmo. Además de entrar en el pueblo por la citada calle La Vega. Si hace muchos años que no vas a El Cerro, has de saber que al iniciar la variante, puedes entrar por la Calle El Puerto.
La otra es la de la foto que nos ha dejado Conchi. Está al final de la calle donde se hace la feria, en las casas nuevas, y lindando con la variante.
Si amplías la foto, verás a la izquierda un pabellón del Ayuntamiento, que se utiliza a menudo para celebraciones. A la derecha ves la esquina de una casa que antes era el Matadero Municipal y ahora es la casa de la Hermandad de San Benito.
Ese eucaliptus tan grande es el que yo os contaba que a su sombra herraba a las bestias el “Pluma”
Lo malo de estas rotondas, además de lo pequeñas que son, es que están en un plano inclinado (en cuestas), con un desnivel que roza el 7% aproximadamente.
No sé si has intentado ver el mapa callejero de El Cerro. Si tienes alguna duda de cómo desplazarte sobre él, gustosamente te lo explicaría. Su vista te recordará las calles que tu ya conoces. Tiene errores en cuanto al nombre de alguna calle.

Bueno, como he visto y leído unos chistes muy buenos de nuestra amiga Luisa CASTILLEJA, os dejo uno también.
Un hombre con un dolor insoportable de testículos va a la consulta del médico, gritando: ¡Ay, madre mía que dolor más grande tengo en los hue…! En la sala de espera, no paraba de gritar con el mismo tema: ¡Este dolor de hue… no hay quien lo aguante!
Hasta que oyendo los gritos, sale el médico y le dice: ¡Por favor, Miguel, no chilles tanto!
-Claro, como a usted no le duelen los hue… como me duelen a mí!
-Anda, anda, pasa que veamos que te ocurre.
Después de auscultarlo le dice: ‘Mira, te vas a tomar estas pastillas, y vuelves dentro de una semana. Y no seas tan mal hablado; en vez de decir que te duelen los hue…, dí que te duelen… los concejales’
A la semana vuelve y le pregunta el médico: ‘Bueno, ¿Qué tal?”
Y le contesta: ‘Mire doctor, los concejales están de puta madre, pero al alcalde no hay un Dios que lo levante’
Hasta mañana. Besos y Agur.